❝I'm crazy, brother❞
Se acerca el fin del mundo y los Hargreeves deben recurrir a pedir ayuda a Krystal, su hermana que lleva catorce años encerrada en un manicomio y a la que no han visto desde entonces. Es peligrosa y está loca, pero la necesitan...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
_______________
Antes
Todos caminan ordenados y en silencio hacia sus asientos. Al bajar, son otros. Un pelotón de soldados ordenados en vez de niños de trece años. Esperan la llegada de papá y su orden: "¡Sentados!" para finalmente acomodarse en sus asientos.
Krystal se sienta junto a Klaus, entre él y Allison. Siempre junto a su mellizo.
Comen en silencio, pero para Krystal siempre es ruidoso. Sus hermanos tienen una colorida gama de emociones refulgentes, normalmente negativas, nerviosas o ansiosas, a la hora de las comidas. Krystal intenta respetar su privacidad (aprende de eso poco a poco) y no leer sus pensamientos, pero las emociones son una cosa completamente diferente. Están ahí, expuestas. Todas menos las de su padre y, por supuesto, las de su madre.
Su mellizo le da un toque silencioso con su rodilla y le sonríe discretamente antes de volver a su arduo trabajo enrolando su cigarrillo. A Krystal le tranquiliza un poco, tanto como la angustia por él, saber que para Klaus el mundo es igual de ruidoso.
Sin embargo, de todas formas recibe algunos pensamientos cuando sus hermanos y Diego los están pensando especialmente fuerte. Ahora son cosas cómo:
Odio esto.
Quisiera estar en otro lugar.
Nadie me mira, nunca.
Mamá cocina muy bien, me gustaría aprender. Ese es de Diego. Krystal sonríe ante eso, relajándose un poco. Diego la mataría si ella lo mencionara pero piensa que es adorable lo mucho que Diego ama a mamá.
Cada uno de los presentes en la mesa está concentrado en sus cosas. Luther y Allison dándose miradas, Diego arañando el borde de la mesa con el cuchillo, Ben concentrado en el último libro que está leyendo, sin ni un solo pensamiento demasiado fuerte escapando de su mente, Krystal tendría que enfocarse en leer su mente para poder hacerlo (cosa que no hará porque... respeto a la privacidad y esas cosas, uf), Klaus y su porro, Vanya en una esquina, su padre masticando con demasiado enfasis y Cinco...
Voy a decírselo. Puedo hacerlo. Él tiene que dejarme hacerlo.
Krystal se sobresalta por lo fuerte que está pensando Cinco, casi como si la golpeara, y se le resbala el tenedor de las manos.
Haré que deje de subestimarme. Voy a viajar en el tiempo.
La pelirroja se congela cuando su tenedor golpea ruidosamente el suelo, tensa porque sabe que lo que le espera. Sus hermanos la miran también, casi con compasión. Papá odia el ruido en las comidas, pero odia más la torpeza, y Krystal acaba de hacer ambas.
Su padre la mira, ojos profundos y oscuros independiente de su color real, pétreos como dos muros impenetrables. Sin embargo, antes de que él pueda regañarla, Cinco clava su cuchillo en la mesa con una determinación que Krystal siente en lo más profundo.
