Imperio |ɴɪᴇʟᴀɴ|

14. Sí, voy a....

Wangji vuelve a alzar el cuerpo de su hermano con facilidad, saliendo de la cámara ancestral lo lleva directamente a sus habitaciones, los sirvientes se reúnen en las entradas de los pasillos, mudos asustados sin querer hacer especulaciones sin querer despertar al emperador de Gusu, sin molestar, todos se abren paso al príncipe de Gusu cargando a su hermano mayor

No debería hacerlo, debería despertar a su hermano pero prefiere hacerlo el mismo, despojar a Xichen de sus túnicas pesadas y descoloridas poco a poco hasta llegar a las túnicas más ligeras pero no quiere que Xichen tenga algo que le traiga malos recuerdos, no quiere que se sienta mal así que desnuda a su hermano hasta los pantalones, donde el vendaje sobresale en todo su pecho, hay moretones descoloridos en su cuerpo y su pecho se hunde aún más al ver los ligeros huesos de su hermano sobresalir en su propia piel simplemente lo viste lo más rápido que puede pensando en lo frágil que se ve como si pudiera perderlo en cualquier momento

Xichen se acurruca contra el aroma a su alrededor, se deja llevar por la suavidad que lo rodea, su subconsciente le dice que descanse, que ya está en casa y que por fin puede hacerlo que no necesite cuidarse la espalda, que no necesita dormir con un ojo abierto, aun así sus manos se acomodan sobre su cabeza esperando que alguien lo amarre antes de que el sueño profundo lo alcance y caiga completamente rendido a los últimos acontecimientos de su vida

Wangji sale a su habitación con la mirada perdida, ya es muy tarde Wei Wuxian le pidió a los sirvientes de Wangji que hicieran lo que sea que hicieron cuando los Nie estuvieron ahí, darle la misma habitación el mismo trato, simplemente cortesía básica, está dando vueltas en la habitación de Wangji sin saber que más hacer mientras espera a que regrese, paso más de la media noche y le perturba

Wangji abre la puerta de las habitaciones luciendo como si hubiera envejecido la mitad de su vida en las últimas horas de la tarde a su vez se ve tan pequeño que no tiene nada que ver con el príncipe que ha visto en los últimos meses y prácticamente se ha hecho cargo de un reino, Wangji se sienta con el mayor decoro que tiene mientras sus manos tiemblan bajo sus mangas Wei Wuxian se acerca a sobar sus hombros y los brazos, acaricia de forma lenta hasta que Wangji enfoca la mirada en el

Niega viendo los ojos preocupados del general… nada está bien, no está bien la forma en la que han tratado a su hermano, no está bien la forma en la que este mismo fue negligente a su propia seguridad, a su propia salud… reniega hablando en voz alta “¿En qué estaba pensando?” es lo único que recorre su mente una y otra vez, en que estaba pensando su hermano mayor dejando su futuro en las manos de la suerte de alguien más, esta tan molesto que podría, puede ir a gritarle a nie Mingjue todo lo que piensa del aunque eso le cueste la vida misma, porque no, no se va a ir sin antes hacerle saber todo lo que cree de él y su tonto imperio

Pero eso no va a pasar por la forma en la que Wei Wuxian lo sienta de nuevo en su cama mientras niega una y otra vez a sus intentos de ponerse de pie, aunque admire la fuerza y la valentía de Wangji es una guerra que no va a ganar, su mirada se aflige aún más cuando ve a su pareja aun discutiendo mientras sus ojos se llenan de lágrimas –Lan Zhan lo siento tanto, no tenía idea te lo juro…— por un momento Wangji sale de su enojo para limpiarse las lágrimas con fuerza, es tarde pero eso no quita que se tiene que mover, tiene que comenzar a dejar órdenes para su hermano con Wei Wuxian a cuestas Wangji sale a ser el príncipe de Gusu una vez mas

Xichen se remueve en sus habitaciones, tan cansado es como se siente. El cuerpo pesado y la mente perdida, todos sus músculos se sienten dormidos y por lo que puede ver a través de su ventana el sol está en todo su esplendor en el cielo, debe ser más tarde del mediodía, jala su cuerpo hasta quedar sentado contra su cabecera, no quiere llamar a nadie, solo quiere quedarse viendo al frente por un momento y asimilar que por fin está en Gusu, que por fin está en su hogar, alisa sus sabanas en donde se hacen pequeños pliegues y se queda ahí por lo que creen son horas

Después de eso hay unos ligeros toques en su puerta, apenas perceptibles y estas se abren con cuidado, sus sirvientes entran en caravana y son los que le acompañaron a Qinghe y su mirada se relaja un momento antes de que sus ojos se abran cuando estos se hincan con sus frentes casi tocando el piso y no puede soportarlo, lo que le paso no fue su culpa no desde su posición, incluso el, en este tiempo que ha estado viendo a sus sabanas con la mirada perdida se da cuenta que no fue su culpa, no del todo.
Esto lo obliga a salir de sus sabanas a recogerlos del piso mientras niega, sus miradas se encuentran y es suficiente para que se transmitan los sentimientos mutuos

Después de eso estos comienzan a ayudarlo, trayendo una tina con agua caliente y diferentes aromas que han sido de su gusto por años, buscan túnicas nuevas, colores de casa y comida suave y refrescante junto con algunos dulces que se había privado de comer durante meses, mientras está siendo atendido se siente tan extraño, es tan raro volver a este ciclo.