Imperio |ɴɪᴇʟᴀɴ|

9- La calma antes de...

Xichen agradecía de todo corazón ser ambidiestro, aunque su letra con la mano no dominante no fuera tan pulida como quisiera, aun podía hacer ciertas cosas bastantes útiles, realmente no quería que Nie Mingjue se diera cuenta del estado de su mano ya que lo habría utilizado como un comodín para molestarlo, lo sabia

Lo sabía tan bien desde que se dio cuenta que no hablaba en las comidas, los allegados al emperador siempre intentaban incluirlos a su conversación, el siempre negaba o asentía lo que sea que le dijeran... no le importaba mucho lo que tuvieran que decir y desconocía si Nie Mingjue conocía lo suficiente sus tradiciones o valoraba mas su silencio

Al menos hasta que una de las concubinas hablo entre burlas –"Los Lan son tan aburridos, ni siquiera pueden hablar en comidas. ¡Creo que ni siquiera se divierten! No son más que unos mojigatos"— Xichen suspiro por lo bajo, ni siquiera voltearía a contestar eso "Me intento cortejar un erudito de Lan, sabrás lo aburrido que estuve durante los días de cortejo... Creen que son tan románticos con su poesía pero ni siquiera pudo comprender lo mucho que lo detestaba" la larga mesa estallo en risas haciendo que Xichen carraspeara

Se puso de pie molesto, se negaba ser parte de esto –Me alegra que no te quedaras con él, te aseguro que nadie de mi Imperio seria feliz con que fueras parte de el– y salió de la habitación como debió haberlo hecho hace mucho, se negó a voltear a lo que sea que Nie Mingjue le estaba gritando, se tragaría el castigo que le diera cuando quisiera si significaba que tendría un poco de respeto para el y para su gente

Y que si ahora tenia prohibido comer durante una semana, si de esa forma nadie más se atrevería a hablar mal de su imperio valió totalmente la pena estar, literalmente muriendo de hambre ahora mismo, suspiro bebiendo más té que al menos llenaba su estómago con algo, le dio una mirada apagada a sus sirvientes quienes querían de forma desesperada darle un par de dulces a escondidas, uno de los soldados hizo sonar su sable contra el piso, como un recordatorio sobre como el emperador lo sabría y solo le valdría mas tiempo en el castigo

Se dedico a ocupar su tiempo con los niños, quienes gracias al rápido avance que estaban logrando con las lecturas, incluso a Xichen le gusto la forma en la que el imperio nie se creo y se las explico de la mejor forma que pudo ya que el mismo la estaba aprendiendo en el transcurso

Le hubiera gustado que alguien mas le ayudara a entender ciertas cosas pero Huaisang seguía fuera de la capital y aun no tenían idea de cuándo podría regresar, tenían muy poca comunicación ya que no querían ponerlo en una posición complicada y revelar cualquier cosa que lo pusiera en peligro

Había evitado a toda costa estar cerca de Nie Mingjue lo mas que pudo en todo el tiempo, se desviaba de los caminos, ahora que ni siquiera tenía permitido acercarse a las comidas en el salón principal

Les dio una mirada a los sirvientes generales mientras negaba –Adelante, puedo cuidarlos mientras atienden a los demás. Me quedare aquí hasta que regresen– les dio una sonrisa a todos y junto a los niños a su alrededor

Aunque no eran tan tranquilos como en Gusu, aun podía mantenerlos bajo raya dejándolos jugar a su alrededor después de horas de aprendizaje, inclino la cabeza a la corona de flores que le hicieron para que pudiera portarla, dejo que trenzaran su cabello aunque lo mas seguro es que terminaría anudado por los torpes movimientos

Ningún niño fue descortés o grosero con él, todos estaban felices al menos hasta que sus sirvientes le dieron alcance "Su majestad el banquete lo incluye" y Xichen volteo a media sesión de peinado con los niños "Bixia viene hacia acá, su Majestad porque esta jugando..." murmuro su eunuco mientras le quitaba algunas plantas del cabello "Tiene que ir a...a arreglarse un poco".