Prometiste estár ahí, prometiste no dejarme caer, prometiste no romperme el corazón...pero mentiste. Y yo también lo hice. Quizá nuestro amor no era tan fuerte como creíamos...
-Terminemos- Mire esos ojos que muchas veces me dieron confort, calidez...
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Era invierno, las calles estaban llenas de gente, casas y establecimientos llenos de luces y adornos navideños.
Era la época del año favorita de Barcode, aún si en Tailandia no nevaba el amaba sentir el frío en su piel, anhelaba con ir a Londres, había escuchado que en estas fechas y por lo regular en todo el año su clima era frío y a el le encantaba.
Caminaba de la mano de su recién y oficialmente novio. Ambos se conocían desde los 8 años cuando Barcode se mudó de Ayutthaya a Bangkok y se convirtieron en vecinos, después en compañeros de clase, amigos y finalmente después de 11 años, en novios.
Los que conocían a la pareja decían que tenían un futuro prometedor. Eran tan iguales y a la vez tan distintos. Se complementaban a la perfección. Barcode era alegre, amoroso, bondadoso y amable, Jeff por otra parte era atrevido, coqueto, altanero y elocuente. Eran como la noche y el día, pero si algo tenían en común, era el amor que se tenían uno al otro, tan puro, tan sincero.
El amor es una cosa tan fuerte y ala vez tan frágil, se tiene que cuidar, alimentar día a día, se tiene que nutrir, o de lo contrario...puede morir.
Nunca des por sentado algo.
¿Ese fue mi error? ¿Fue nuestro error? Creer que sin importar que, siempre estaríamos ahí.
Prometiste estár ahí, prometiste no dejarme caer, prometiste no romperme el corazón...pero mentiste. Y yo también lo hice. Quizá nuestro amor no era tan fuerte como creíamos...
