Prometiste estár ahí, prometiste no dejarme caer, prometiste no romperme el corazón...pero mentiste. Y yo también lo hice. Quizá nuestro amor no era tan fuerte como creíamos...
-Terminemos- Mire esos ojos que muchas veces me dieron confort, calidez...
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Jeff
El tono de llamada de su celular desperto al pelinegro que aún permanecía envuelto en sus cobijas.
Molesto por el sonido que no paraba, estiro uno de sus brazos y aún con los ojos cerrados tanteo por toda la cama hasta conseguir dicho objeto, deslizo y tomo la llamada
—¿Si?
Su voz probablemente se oía tres tonos más grave y seguramente la persona al otro lado de la línea se daría cuenta que aún estaba durmiendo antes de su llamado, pero sinceramente le daba igual
—Jeff. Necesito que vengas al Club Phuket, tienes que estar aquí antes de la 1 de la tarde
Un poco más despierto el pelinegro reviso el remitente de la llamada y si, no se equivocó. Era su manager, recién eran las 9 de la mañana y se suponía que era su día libre. Hoy era la graduación de su novio y no podía faltar
—¿Hoy?– Rasco su nuca nervioso– Creí que estaría libre
—Si, lo sé chico pero logré conseguirte una cita con un productor musical, la única condición es que fuera hoy mismo
— Pero-
—Jeff, el podría hacer que grabes tu primer disco, ¿Acaso no quieres esto?
—Yo si, si quiero...es solo que mi pareja se gradúa hoy y yo debo estar ahí, de verdad tengo que estar ahí
—Creeme que te entiendo pero está es una oportunidad que no puedes desaprovechar, se que está es la buena.– Trato de convencerlo– Además no creo que tarde mucho, ¿A qué hora es la graduación?
—Es a las 3 de la tarde
—Perfecto, te aseguro que no tomara más de 2 horas, apresurate y ven aquí
La llamada fue finalizada y el pelinegro soltó un suspiro cansado, se frotó la cara producto del estrés y finalmente se paro a tomar una ducha.
Esto era una completa locura, se suponía que pasaría por Barcode a casa del pelirrojo para así llegar juntos a su graduación. Ese día tenía que ser especial para su chico, incluso había comprado un lindo brazalete, el cual se lo daría una vez terminada su ceremonia. Sabía que irían a celebrar con su amigo y el ¿Novio? de este, aún le sorprendía el hecho de que Nat estuviera en algo serio, cómo sea. Había planeado dejar a Code disfrutar con sus amigos por la tarde y en la noche definitivamente sería solo suyo. El se robaría a su pequeño una vez entrada la noche y lo llevaría a su apartamento, lo llenaría de besos, desde la punta de sus pies hasta sus sedosos cabellos chocolate. Lo tomaría en sus brazos y apretaría ese pequeño cuerpo que encajaba tan bien con el suyo. Lo amaría toda la noche y le recordaría lo mucho que lo ama y lo tanto que lo había extrañado.
Por qué si, lo había extrañado como un loco. El primer mes en Chaing Mai fue una completa tortura. Muchas veces estuvo a punto de tirar la toalla y salir corriendo, tomar el primer avión a Bangkok y simplemente quedarse a su lado. Pero gracias a qué tenía a su amigo Us con el, se contuvo. El peli-azul lo hizo entrar en razón y le dijo que tenía que aguantar, que esto que estaba haciendo era por los dos, para ser un gran cantante, uno del cual Barcode se sintiera orgulloso de llamarlo su novio, y ojalá en un futuro, su esposo.
