ix. lord sopespian

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𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐄
𝖫𝖮𝖱𝖣 𝖲𝖮𝖯𝖤𝖲𝖯𝖨𝖠𝖭

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐍𝐔𝐄𝐕𝐄𝖫𝖮𝖱𝖣 𝖲𝖮𝖯𝖤𝖲𝖯𝖨𝖠𝖭

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     Otro telmarino, Lord Sopespian, se acercó a Miraz y, de repente, gritó.

—¡Traición! ¡Lo asesinaron! ¡Mataron nuestro rey! A las armas!—,Reagan estaba realmente confundida. Nadie había disparado a Lord Miraz, pero parecía tener una de las flechas de Susan en su espalda. Mientras ella pensaba, Lord Sopespian volvió a cabalgar hacia los telmarinos y éstos pusieron en marcha las catapultas, mientras todo el ejército narniano se dirigía a sus posiciones.

La guerra había comenzado: los choques de las espadas por doquier, los gritos de dolor. Aunque le habían dicho que se quedara arriba, Reagan no podía soportar ver morir a los narnianos sin que ella hiciera nada para evitarlo, así que entró en el Cómo de Aslan y se puso una armadura.

Sabía dónde estaba la espada que usaba para entrenar, así que la tomó rápidamente y salió al campo de batalla. Creo que es importante recordar que Reagan no tenía ni idea de cómo ponerse una armadura correctamente, así que había muchos lugares en los que un telmarino podía golpearla, pero a ella no le importaba.

Llevaba apenas unos minutos ahí fuera, intentando no morir, cuando el suelo se derrumbó bajo los telmarinos, haciendo que sólo unos pocos pudieran continuar. Uno de ellos, al ver que la niña no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, se acercó a Reagan y empezó a luchar con ella.

Todo parecía ir bien. No era la mejor pelea que el telmarino había visto pero Reagan se defendía lo mejor que podía. Sin embargo, Reagan se distrajo un segundo y el telmarino la apuñaló en la pierna, haciéndola caer al suelo. Justo cuando se golpeó en la hierba debajo de ella y él levantó su espada listo para matar, una rama de árbol tomó su tobillo y lo lanzó lejos como una roca volando de una honda.

—¡Por Aslan!—,gritó Peter y los narnianos siguieron luchando. Reagan se quitó el casco, necesitado de aire, y vio a través de las lágrimas lo más asombroso que había visto nunca. Los árboles estaban vivos, luchando junto a los narnianos. Los telmarinos se retiraban hacia el puente y Lucy había aparecido junto a un león que Reagan reconoció aunque no lo hubiera visto nunca: Aslan.

Aslan tenía ese poder.

Los telmarinos intentaron cargar contra Aslan, pero éste rugió y el agua del puente creó una especie de figura acuática-humana que hizo caer a los telmarinos. Los Pevensies más Caspian se arrodillaron frente al León.

—Parece que falta uno de ustedes—,les habló Aslan, moviendo la cabeza para mirar a Reagan, todavía en el suelo.

Los cinco se giraron buscando a la chica, y una vez que la vieron, corrieron a su lado.

𝐊𝐈𝐃 | ᵉᵈᵐᵘⁿᵈ ᵖᵉᵛᵉⁿˢⁱᵉ ⁽ˡᵃˢ ᶜʳᵒⁿⁱᶜᵃˢ ᵈᵉ ⁿᵃʳⁿⁱᵃ⁾ ¹ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora