⠀⠀⠀⠀⠀ 𝒙𝒗. 𝐢𝐧𝐜𝐨𝐦𝐨𝐝𝐨

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𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐧𝐜𝐞
━━𝒊𝒏𝒄𝒐𝒎𝒐𝒅𝒐

𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐧𝐜𝐞━━𝒊𝒏𝒄𝒐𝒎𝒐𝒅𝒐

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     Ni que decir tiene que Thomas no había visitado el apartamento de Reagan desde que se habían 'peleado' por Edmund y su propia relación. Había sido duro para los dos, que habían estado básicamente unidos por la cadera desde que se conocieron en su primer día de universidad, no verse ni hablarse en tanto tiempo. Aquella mañana, la víspera de su reunión de cumpleaños, Reagan lo dejó todo para ir a visitar al chico que tanto le importaba.

Técnicamente hablando, ambos seguían siendo pareja y no habían mencionado su desacuerdo a nadie, con la esperanza de tal vez superar ese obstáculo y volver a ser la pareja perfecta que siempre habían sido. Sin embargo, ambos sabían, en su fuero interno, que había cosas que no podían arreglarse tan fácilmente.

Aquel sábado, Reagan se despertó temprano y, tras vestirse, salió de su apartamento. Recogiendo dos cafés y dos pastelillos por el camino, se dirigió hacia el edificio del chico y subió las escaleras, llamando a su puerta. Al cabo de unos minutos, Thomas apareció con el pijama aún puesto y el pelo revuelto.

—¿Te he despertado?—

—No te preocupes. ¿Qué pasa?—

—He traído el desayuno—,medio sonrió la chica, suplicando que el chico respondiera con una sonrisa.—Pensé que tal vez...—

—Sí, claro—,abrió la puerta, sin apenas mover la boca. Ya se estaba arrepintiendo de su plan, pero a pesar de todo continuó con él.

Reagan se sentó en la mesa de la cocina, donde sabía que a Thomas le gustaba comer, y le ofreció un café y un pastelito. Después de unos minutos comiendo en silencio, sin más ruido que el de masticar y el de los pájaros de fuera, se decidió a hablar.

—Yo... ya sabes que... esta noche es mi fiesta de cumpleaños y... me preguntaba si aún querías venir—.

—Reagan yo... ¿crees que es buena idea?—, dudó, aún sin sonreír.

—Por favor, Thomas. No soportaría ver que no estás ahí—.

El chico que tenía delante suspiró, dubitativo. Tenía muchas ganas de ir, de pasar tiempo con la chica que tanto le gustaba, pero no sabía si sería capaz de soportar la evidente química que ella tenía con el chico de pelo negro que había llegado recientemente a sus vidas y lo había puesto todo patas arriba. Después de un rato, sonrió con tristeza,—De acuerdo, iré. Por un rato al menos—.

Reagan, emocionada al oírle, se levantó de la silla y le abrazó con fuerza, echándole los brazos al cuello, como hacía siempre que la abrazaba. Siempre le había gustado cómo Thomas la levantaba del suelo, haciéndola patalear en el aire. Él, sin embargo, permanecía quieto, simplemente inclinándose para abrazarla, en lugar de levantarla. Reagan apenas podía ocultar su decepción, pero no era quién para quejarse, sabía que había herido a Thomas y que le llevaría algún tiempo recuperar su confianza.

No hablaron mucho más el tiempo que permanecieron juntos. En lugar de eso,desayunaron en un silencio muy incómodo y, después, Reagan se marchó, sintiendoque Thomas realmente no quería estar con ella en ese preciso momento. ¿Pero podía culparlo? Al fin y al cabo, era ella quien había escrito que ojalá Edmund y ella nunca se hubieran visto obligados a romper, que pudieran seguir juntos.

 ¿Pero podía culparlo? Al fin y al cabo, era ella quien había escrito que ojalá Edmund y ella nunca se hubieran visto obligados a romper, que pudieran seguir juntos

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³ 𝐖𝐀𝐘 𝐁𝐀𝐂𝐊 | ᵉᵈᵐᵘⁿᵈ ᵖᵉᵛᵉⁿˢⁱᵉ ⁽ˡᵃˢ ᶜʳᵒⁿⁱᶜᵃˢ ᵈᵉ ⁿᵃʳⁿⁱᵃ⁾ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora