SIETE

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LA PRESIÓN ES ALGO CURIOSO. Hace que algunas personas se quiebren. Como el estudiante de la MIT que decidió eliminar a la mitad del cuerpo estudiantil con un rifle de largo alcance porque consiguió una B-más en una final. Hace que algunas personas se ahoguen. Dos palabras: Jorge Posada. He dicho bastante. La presión hace que algunas personas caigan. Se desmoronen. Se congelen.

No soy de esas personas. Me encanta la presión. Esto me impulsa, me conduce a tener éxito. Es mi elemento. Al igual que un pez en el agua. Voy a trabajar al día siguiente muy temprano. Vestido para matar con mi cara de póker. Es hora de comenzar.

Joaco y yo llegamos a la puerta de la oficina de mi padre a las nueve en punto. No puedo evitar examinarlo. Se ve muy bien. Confiado. Emocionado. Aparentemente reacciona al estrés de la misma manera en que yo lo hago.

Mi padre explica que Santiago Montiel llamó para decir que vendría a la ciudad antes de lo previsto. Algo así como mañana por la noche.

Muchos empresarios hacen esto. Adelantan las reuniones en el último minuto. Es una prueba. Para ver si estás preparado. Para ver si puedes manejar lo inesperado. Por suerte para mí – yo lo soy y lo puedo.

Y entonces comenzamos. Insisto en que Joaquín vaya primero.

Veo la presentación de Joaco como un niño observa un regalo bajo el árbol en vísperas de Navidad. Él no lo sabe, por supuesto. Mi cara es la definición misma de la aburrida indiferencia. En el interior, sin embargo, no puedo esperar a ver lo que tiene.

Y no estoy decepcionado. No digan que dije esto — lo voy a negar hasta la muerte, pero Bondoni es jodidamente increíble. Casi tan bueno como yo. Casi.

Es directo, claro y persuasivo como el infierno. Los planes de inversión que expone son únicos e imaginativos. Y destinados a hacer un montón de dinero. Su única debilidad es que es nuevo. No tiene las conexiones necesarias para hacer lo que propone. Como ya he dicho antes, parte de este negocio — una gran parte — es tener la información de primera mano. La información oculta y los secretos a los que intrusos no pueden llegar. Así que aunque las ideas de Joaco son fuertes, no son viables en conjunto. No es un hecho.

Entonces es mi turno.

Mis propuestas, por el contrario, son muy sólidas como una roca. Las empresas e inversiones que describo son bien conocidas y seguras. Por supuesto, mis ganancias proyectadas no son tan altas como las de Joaco, pero son ciertas. Confiables. Seguras.

Una vez que termino, me siento al lado de Joaco en el sofá. ¿Nos ves allí? Las manos de Joaquín se doblan prolijamente en su regazo, la espalda recta, una segura y satisfecha sonrisa en sus labios. Me inclino en el sofá, mi postura relajada, mi propia sonrisa confiada una imagen reflejada de la suya.

Para quienes piensan que soy un canalla de mierda. Observen con atención. Les va a encantar esta parte.

Mi padre aclara su garganta, y puedo leer el emocionado brillo en sus ojos. Frota las manos juntas y sonríe. —Sabía que mis instintos estaban en lo correcto en este caso. No puedo decirles lo impresionado que estoy con las propuestas que tienen. Y creo que es obvio quien debe avanzar con Montiel— Simultáneamente, Joaquín y yo sonreímos en triunfo, el regocijo escrito en nuestras caras. Esperen por ello... —Ambos. — La ironía es un dolor en el culo, ¿no es así? Nuestros ojos vuelan a mi padre, y las sonrisas en nuestras caras caen más rápido que una caja de seguridad Acme en el dibujo animado Correcaminos. Nuestras conmocionadas voces hablan al mismo tiempo.

-¿Qué?

-¿Perdón?

-Con tu toque artístico para invertir, Joaco y tus concretos conocimientos, Emilio, los dos serán perfectos juntos. Un equipo imbatible. Ambos pueden trabajar en la cuenta. Una vez que él firme con nosotros, ustedes pueden compartirlo — la carga de trabajo y los bonos — cincuenta- cincuenta.

Mi Destino (Emiliaco)TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora