¿Estamos seguros ahora?

77 29 3
                                    

El frío se colaba por la fina sábana que cubría mi cuerpo. Me removí incómoda en el sillón donde intentaba dormir la siesta, al final no lo conseguí abrí mis ojos e inmediatamente mi vista se fijó en la mujer acostada en la cama quien dormía plácidamente. Ya le habían dado de alta en el hospital, hacía un par de días. Sin embargo aún seguía en recuperación, se veía pálida, y con menos fuerza.

Valter estaba atravesando un proceso legal, con cargos por intento de asesinato y lavado de dinero. Era cuestión de días para que lo declararán culpable, y lo transfieran a una prisión en otro estado del país. Mi hermano había logrado hacer que confesara absolutamente todo lo que había hecho, y mi padre jamás imaginó que quedaría grabado en audio y vídeo.

Me sentía aliviada, pero al mismo tiempo no me adaptaba a mi realidad. Y no conseguía volver a mi rutina. En estos momentos la prensa nos comía vivos, y ya todos se habían enterado que mi madre había fingido su muerte. La prensa amarillista estaba siendo muy dura con ella.

MariClare había cancelado nuestro contrato. Por todo el escándalo.

Me enloquecía tener que responder cada mensaje de mi móvil, y tal vez era porque de eso se encargaba Lily, quien también estaba detenida acusada de complicidad. En la agencia me estaban exigiendo asistencia, ya que perdía clientes cada semana que faltaba. Nos exigían que diéramos aclaraciones, entrevistas, pero Volton se negaba a que saliera en público.

Así que en esos días solo había estado en casa, con ella.

Veía muy poco a Volton, él llegaba muy tarde y se iba muy temprano, ya no nos veíamos en el desayuno, y tampoco en la cena. Los días pasaban sin novedad, en blanco. Solo con una tasa de café y un libro en la mano.

Había comenzado a repetir mi ropa, cuando antes siempre me ponía una nueva cada día, pero de pronto dejó de ser importante. Cómo estábamos de vacaciones, mis amigos se habían ido de viaje con sus familiares como siempre solían hacerlo.

Ese día era sábado, y aunque yo no quisiera era inevitable no pensar en Volton, no recordarlo a cada instante. A propósito, lo esperaba cada sábado a las 9:00 p.m. oculta tras un mueble, sí, sabía que parecía una psicópata obsesionada. Pero no podía soportar las miradas frías que me dedicaba las escasas veces que nos cruzamos en los pasillo de la casa, por lo que decidí que yo lo miraría a él, pero él nunca más a mí.

Por lo menos, ya no con amor. Realmente todo había terminado en París, por lo menos uno de los dos lo estaba intentando y muy en el fondo me sentía bien por él. A veces entraba a la casa sonriéndole a la pantalla de su celular, yo me imaginaba que las cosas con Sophie estaban fluyendo, aunque su boda se había pospuesto por todo lo que estaba pasando con la familia Howtler.

—¿En que piensas Mac'? — me preguntó mi madre, haciendo que me sobresaltara por el susto. Ella se rió de mi abiertamente.

—Me asustaste — dije aún sabiendo que había sido obvio.

Ella sonrió — Ya bueno lo siento, pero tenías la mirada perdida completamente.

—Es que están pasando muchas cosas al mismo tiempo...

—Sabes Mac' —comenzó diciendo. Reacomodandose en la cama yo la mire atenta esperando a que continuará — Sé que están pasando muchas cosas, sin embargo, tu no pareces estar perturbada por eso, pareces estar profundamente triste, y no quiero pensar que es por ese chico con el que siempre hablas por teléfono.

Se estaba refiriendo a Jaden, rodé mis ojos.

—No es por él, Jaden es mi amigo. Solo eso.

—Esta bien, pero desde que te volví a encontrar no te he visto reír a carcajadas ni una sola vez. Solo sonríes pero esa alegría no te llega a los ojos, ¿Sabías que nuestros ojos, nuestra mirada expresa en algunos casos mucho más que las palabras?

Quiero Ser Libre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora