Ace estaba gruñendo. ¿Ese hombre no tenía la intención de dejarlo en paz? Ahora mismo no quería nada del hombre gigante, pero estaba atrapado en lo que parecía ser el cuarto del capitán. ¿Cómo sabía eso? La habitación era gigante. Se le escapó a Thatch y terminó debajo de lo que parecía ser el escritorio del hombre. Ya era de noche y esta vez, ni el maniaco llamado Thatch lo encontraría.
El chico se tensó cuando escuchó los pasos entrar al cuarto. La puerta se cerró y dentro estaba Barba Blanca buscando con la mirada. Repentinamente, para horror de Ace, se agachó y lo miró divertido. El pobre cachorro llegó a saltar y se pegó en la esquina de su escondite prendido en fuego.
Apaga ese fuego, mocoso descarado. - Barba Blanca acercó sus manos a Ace, pero el chico frunció el ceño y comenzó a patalear. El hombre alzó su mano y, del puro miedo de recibir un golpe como alguna vez los recibió, cerró los ojos y se apagó, esperando el golpe. Pero fue alzado y acariciado en la cabeza. Barba Blanca lo puso en el escritorio del cuarto, vacío a su alrededor con él sentado enfrente. ¿Escapatoria? No existía.
Suéltame. - Ace pataleó un poco más entre las manos del hombre. Terminó sin la camiseta abierta que siempre usaba y que tapaba sus heridas pasadas, sus mismas heridas actuales no le permitían defenderse correctamente del hombre más fuerte del mundo.
¿Qué son estas heridas, mocoso? - Barba Blanca estaba impactado. Un cachorro no debía tener estas cicatrices.
Son mi fuerza. Ahora suéltame, viejo. - Ace mordió a Barba Blanca, que lo soltó, pero no importaba mucho para el hombre.
Bien... - No presionaría al cachorro por el momento, pero él y sus hijos se encargarían de descubrir qué había sucedido. - Niño, conviértete en mi hijo, atraviesa los mares bajo mi bandera, vuélvete loco bajo mi nombre, sé libre a nuestro lado. - Barba Blanca vio cómo el más joven se tensaba.
¡Y un demonio, viejo! Es más probable que Garfio llegue a conquistar Nunca Jamás antes de que acepte a los adultos. - Ace comenzó una frenesí por escapar y encontrar otro escondite, pero los mini terremotos de Shirohige lo lanzaban al suelo una y otra vez.
Lo siento, mocoso, pero no tocaremos tierra de aquí a 3 meses. Danos una oportunidad. Si en 3 meses quieres irte, entonces, serás libre. - Ace miró al hombre que lo miraba con un brillo en sus ojos que lo hacía sentirse como un bebé otra vez, cuando conocía a Shanks... cuando los bandidos lo tenían bajo su poder.
Y un demonio... - Salió como un susurro de rendición, pero seguía siendo un reclamo.
Tu nombre. -
¿Uh? -
No sabemos tu nombre. -
...Torpedo. -
¿Qué?
Pueden llamarme Torpedo. No confío en ustedes, no les daré mi nombre, pero... mis amigos me llaman Torpedo. -
Bien, Gurarara. Entonces, Torpedo, hora de dormir. - Barba Blanca puso muchas mantas que tenía en un cajón en el escritorio y una almohada gigante para que el cachorro durmiera. Sabía que no le permitiría meterlo a dormir a su lado. Poco a poco, y de paso, iba tomando el aroma de un cachorro de los Barba Blanca. Aunque, para ser sincero, desde Haruta, han pasado más de 20 años desde que tenían un cachorro, y para más remate, el lobo de su hijo Marco. Aunque estos dos tontos no se darían cuenta en un tiempo, generaría diversión en el barco porque todos lo sentirían.
Cuando Barba Blanca se levantó, lo que vio fue demasiado tierno. ¿Ese era su pequeño "Torpedo"? En lo que parecía ser una especie de nido al lado de su almohada, en su capa. Algo había hecho que el cachorro se refugiara cerca. No importaba, pronto descubriría todo sobre su pequeño nuevo hijo.
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¡Cachorro! [Terminada][Corregido]
Fanfiction{Inspirado en un fic que leí hace mucho} Ace es un lobo que vive en un bosque del nuevo mundo, entonces llegan los piratas de Barba Blanca a darle la pelea a un traidor, el queda en medio de todo y ...¿ese lobo gigante blanco le está tratando como a...