¡Cachorro! [Terminada][Corregido]

-Celos-

Hoy fue otro mal día; Ace se escondió. Ahora que dormía con el comandante de la primera división, no tenía mucho tiempo para sí mismo. El otro lobo siempre lo olfateaba. Ahora mismo no se sentía muy bien; en realidad, el hecho de ser secuestrado y de haber estado conteniendo su forma de lobo por mucho tiempo le estaba pasando factura, no solo de manera física, sino también psicológica.

Usualmente, cada noche en el Moby, lloraba en su "cama", pero ahora no tenía esa privacidad y estaba llorando en uno de sus escondites. Estaba hiperventilado. Solo se apretó más contra la esquina y comenzó a respirar. Estaba tratando de calmarse, pero sus ojos estaban rojos y tenía frío. Él casi nunca tenía frío; solo cuando estaba triste o enfermo, y eso era difícil. Sus orejas se enderezaron cuando escuchó esa risa: "Dahahahahaha".

Ace comenzó a correr directo a cubierta. Cuando llegó, ni siquiera dudó en esquivar profesionalmente a todos los comandantes que intentaron frenarlo. Se lanzó a esconderse con Shanks, quien apenas lo reconoció y lo escondió en su capa, mirando a Barba Blanca con dudas.

¿Por qué tienes al cachorro, tú? - Buena pregunta, Shanks. Ace se escondió más en el pecho del pelirrojo.

Quiero que sea mi hijo. - Barba Blanca estiró su mano para tratar de quitar a Ace del lado de Shanks, pero el lobo rojo le gruñó, causando confusión en la cubierta.

¿Estás bien, Ace? - Ace sacó su cabeza de la capa de Shanks y lo miró desde el pecho del hombre con las orejas abajo. Negó. - ¿Te hicieron algo? -

Aparte de secuestrarme y quemar la isla, no me han tocado. - Shanks asintió y se sentó con el chico en sus piernas.

Estás triste, lo puedo oler. - Shanks miró a Barba Blanca enojado. El hombre más grande estaba irritado. ¿El bebé de la familia estaba triste? Mentira. Ahora quería quitarle a Ace de las manos de Shanks y ponerlo con sus hermanos.

Se me acabaron las pastillas de la narcolepsia y los antidepresivos... no son días fáciles. - Barba Blanca escuchó con atención.

Tengo algunos en el barco. Sabes que siempre tengo. Benn, ¿puedes traérselos al cachorro? - El otro hombre asintió, y Shanks comenzó a lamer a Ace. De repente, toda la tripulación se sintió celosa. ¡Ace era su hermanito! Deberían preocuparse por él, jugar con él, cuidarlo, enseñarle a cazar y acurrucarlo por la noche. No Shanks, el pelirrojo irresponsable. Pero los más celosos eran los comandantes, Pops y, por supuesto, el ardiente Marco.

Cuando Benn llegó con los medicamentos, los puso en la bolsa de Ace y se sentó junto a su capitán.

Ace, ven aquí. - Barba Blanca trató de tomar al joven lobo, pero este no quiso. Se escondió en Shanks.

¿Quieres quedarte aquí? - Ace negó con la cabeza.

Ace se queda en el barco, yoi – Marco sacó su fuego y se acercó con determinación.

Bien, tengamos un trato. Ace se queda hasta la siguiente isla, y si aún no quiere quedarse, nos llaman y lo iremos a buscar. Además, deben permitirle llamarnos una vez a la semana para saber cómo está. - Ace pensó que eso estaba bien.

Cuando Shanks se fue, Ace se paró para regresar a su escondite, pero Marco lo tomó de la cintura y lo llevó a su cuarto. Estaba enojado. Cuando llegaron, Marco lanzó a Ace sobre la cama y lo besó apasionadamente. Pasaron minutos así, y el lobo interior de Ace aullaba de felicidad, aunque Ace ni siquiera sabía por qué.

Cuando finalmente lo liberaron, Ace era un pequeño desastre tratando de conseguir oxígeno.

Mío - Marco gruñó en el hueco de su cuello, y Ace se escondió en las sábanas, avergonzado. Marco se rió y se acostó al lado de Ace. - Ahora todos te buscarán; Pops quiere acicalarte.