El salón de clases estaban en completo silencio, nadie hacía nada más que mirar hacia todos lados , viendo cada uno de los pupitres.
Estaban completos , pero había una extraña sensación de que alguien faltaba.
Los murmullos y carraspeos no sé hacían esperar , todos tenían una opinión.
- Buenos días , - una voz suave se hizo presente , todos se callaron , y se pusieron de pie para responder como de costumbre. - El día de hoy , tengo preguntas, muchas en realidad.
La señorita dejo sobre el escritorio un par de carpetas , a simple vista , parecían simples hojas de papel , pero no lo eran.
- ¿Se han dado cuenta de algo muchachos? Hoy , nos falta una. - su voz empezó a quebrarse. Todos se miraron preocupados.
¿Quién carajo faltaba?
Nadie. No faltaba nadie.
Eso es , nadie se había dado cuenta de que existías. Un punto más a mi favor.
- ¿Quien es señorita? - una mano temerosa se levantó despacio, llamando la atención de los demás. Quienes de igual modo , querían saber quién faltaba.
- Es impresionante, - soltó una risilla molesta - nos falta Kang Ha-neul . - suspiros de asombro lograron escucharse , había conmoción. Claro que sabían de quién se trataba, ¿quién no iba a recordarla?
- Por favor , si alguno de ustedes sabe dónde algo , cualquier cosa que nos lleve a ella , hablen ya , su padre está muy preocupado, desde hace dos días no ha regresado a casa .
El viento soplaba fríamente, golpeando su rostro helado y hermoso. Las hojas de los árboles caían , eran arrastradas por el aire que rugía ferozmente. Las gotas de lluvia caían delicadamente, mojando el papel del cuaderno de su dueño.
Este , disfrutaba mucho estar afuera cuando el clima era de esa manera. Sin interrupciones. Con su hermosa soledad y pensamientos retorcidos. Sus ojos estaban cerrados por completo.
Incluso, haciendo un poco de fuerza para no abrirlos. Su cabello estaba hacia atrás , su frente descubierta. Su respiración era tranquila , estaba tranquilo, no había porque no estarlo.
Sus manos descansaban encima de su cuaderno dibujo , su lápiz estaba en el suelo. Hermosamente descansando su espalda en el tronco del último árbol del jardín .
Dónde siempre se sentaba a descansar.
Las hojas secas se escucharon crujir , alguien estaba acercándose , podia sentir ese miedo. ¿Había alguna razón para temerle? Ninguna.
Pudo sentir esa mirada nerviosa en su ser. Frunció el ceño molesto , abrió los ojos de golpe , no alzó su vista , se quedó observando la acerca de metal.
- H-hola. - aquella joven saludo , con un poco de tartamudeo en su voz , lo cual lo hizo sentir superior . Despertaba eso y más en cualquiera. - Disculpe, dejo esto en la cafetería , y me ofrecí a devolverselo.