Fue extraño , y a la vez muy tonto , imaginar siquiera que mi esposo era una persona diferente después de mi accidente.
Sus ojos eran distintos, parecían culpables y burlones.
Incluso , su toque , era tan horrible.
Quemaba mi piel y seducía mi subconsciente atemorizado por sus sucias y decadentes palabras arrancadas de su corazón.
Mientras mi rostro descansaba hacía un lado , juntaba la cera de abeja entre sus manos , poniéndola caliente y ligera ante su frote.
Cerré mis ojos , cómo todos los días , mi esposo me daría un masaje en la espalda , brazos y cuello para después darme el medicamento y hacerme dormir con las cobijas encima.
El silencio estaba ahí.
No sabía cómo podía romperlo.
- Se lo que estás pensando , y mi respuesta es no.
Pareció molesto , su mano apretó mi hombro , abrí los ojos de repente, y un jadeo salió de mis labios.
Leía mi mente desde hace tiempo.
- Es mucho trabajo para ti , corazón. Mi mamá puede y tiene el tiempo necesario , además , no va a pedirte un salario , eso se acomoda perfecto a nuestra situación.
Sonreí mientras lo miraba de reojo.
- ¿Mucho trabajo para mí? No soy ningún bueno para nada , ni tampoco un estúpido , un miserable que busque la misericordia de nadie , ¡¿oíste eso carajo?!
Un quejido de dolor respondió por mi.
Mis lágrimas mojaron mis mejillas y mis manos intentaron sanar mi cuello , pero fue en vano , el dolor no cesaba y el miedo tampoco se dignaba a irse.
- Nuestra situación es una puta mierda , ni siquiera puedo tener un auto , todo los días viajo en ese asqueroso y repugnante vagón de tren para ir a la puta oficina y traerte lo poco que me alcanza para que puedas comer , aunque yo no pruebe bocado en días.
Sonaba desesperado.
- Y para colmo , no te sirvo ni para un puto masaje , maldita la hora en la que me case contigo.
- ¿Maldices eso también?
- Si , y no sabes cuánto .
El cerronaso de la puerta después de tu despidió , trono algo de mi alma , y un trocito de mi corazón.
Era consciente de todo a pesar de estar postrada en una cama frente a la chimenea que día con día ensendias para mí.
Suspiré , y mire el reloj , no demorarías nada en regresar arrepentido , y eso no me hacía sentir mejor , el remordimiento pesa mas que la gratitud ¿verdad?
- Hoy traje algo nuevo , tal vez con eso pueda conseguir un beso.
Sonreíste , pero tus ojos no.
- Mira , huele delicioso incluso.
Había pan , leche , trozos de queso, un poco de tocino y dos huevos batidos.
- Come tu , por favor.
- No , no importa si yo no como , come tu , por favor.
Tus manos tomaron mis mejillas enrojecidas. Baje la mirada nerviosa , por qué sabía que en cualquier momento, volveríamos a la misma situación.
- Con eso basta para que ambos comamos algo , Jungkook. Quiero darte las gracias por ser tan considerado conmigo , y a pesar que casarte conmigo te arrastro a la miseria que ahora compartimos, yo te quiero , cómo siempre lo hice.
Tu rostro cayó en mi pecho.
No vivíamos en una gran ciudad, ni tampoco teníamos las posibilidades de hacerlo.
Era la pequeña cabaña de tu padre , una mesa para dos , la cama pequeña , el pequeño bebedero y el inodoro lo que sostenía nuestra vida.
Lo admito , yo también soñaba con algo mucho mejor que esto que ahora parecía una eterna pesadilla , un castigo y una maldición cómo dices tú.
- ¿Sabes algo? Si mi jefe falta mañana a la comisaría , robaré lo que tiene en su caja fuerte , estoy seguro que es algo grande , y poderoso.
- Nos iremos lejos , te recuperarás de , eso que te paso y tendremos una gran casa , con bastante comida y sobre todo , amor , que buena falta nos hace.
- No preguntes nada , yo sé mi plan. Esperarás en la puerta , no tenemos nada que podamos llevar , lo tengo todo bajo control.
Tus ojos encontraron los mios , sonreí mientras asentia. Tal vez , está ves lograbas tu cometido , y cumplirias lo que tanto me haz dicho desde que te conocí.
- Confía en mi.
Asentí con la mirada en tu frente , mis dedos acariciando los bellos cabellos negros que mojados por el sudor , te hacían ver más atractivo y seductor conmigo.
La noche entro por la ventana , el cantar de los grillos , ranas y libélulas del exterior, cerca del lago , era todo lo que logré escuchar.
Me sentía inmóvil, y con miedo.
No te sentía junto a mi.
- J-Jungkook , ¿dónde estás? no me dejes sola , se escuchan ruidos y tengo miedo.
Afligida, dije.
- Bajate las bragas , tengo ganas de cojerte.
Me sentí ofendida , triste y sin reconocerte.
En tu sano juicio no dirías ese tipo de palabras, y menos conmigo, o tal vez así eras en realidad.
Tu peso cayó sobre la cama , tu silueta me dió a saber que venías a gatas hacia mi , sonreí juguetona , no conocía esa parte de ti , y quizá , en mis adentros , se encontraba una similar , sedienta de esto.
- Enciende la luz.
- No , me da pena.
- No hay nada que penar , quiero verte de esta manera.
Y lo hice , no había nada que ocultar , ya nos conocíamos. Supuse .
No eras mi Jungkook, la cicatriz de tu labio , era rojiza y tús ojos , muy oscuros y amenazantes.
Tus brazos , con venas y tu cuello y mandíbula tan masculinas , que con deseos pude probar , morder y tocar.
- Desde que me viste en ese jardín , supe que querías ser follada por mi , y no por el miserable de tu marido.
Cubrí mi rostro en tu pecho , mientas tu falo entraba y salía de mi con fuerza y también cariño.
Un cariño , que llenaba mi corazón y me gustaba.
- ¿Quien lo hace mejor? Jungkookie , o yo , el señor Jeon , mocosa.
Cada ves más , lo hacías más profundo , y doloroso , excitante y para mí el mejor regalo de la vida misma.
Y era cierto , con tus múltiples personalidades, podías jugar con mi propia cabeza. Venías a verme a mi cama de hospital, en uno de tus tantos momentos de desorden , me empujaste por las escaleras, y después , me diste con un jarrón.
Fuiste ingresado a un psiquiátrico, y podías verme un día a la semana , dónde me pasaba las horas escuchandote y actuando a tu modo para no verte llorar.
Y claro , también follabamos.