Día 4 Fogata/Dulce

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Escrito por: ginko_sama

Caramelo

Desde que tengo memoria, me han gustado los dulces, ya sea paletas, caramelos, chocolates, malvaviscos, son una pequeña parte de mi infancia y aun lo disfruto, pero es diferente si tienes pareja, lo dulce es mucho más apetecible, desde niño, recuerdo que la anciana izakawua, me daba de los mejores de su papelería, era lo mejor del mundo.

"no hay que hacer egoístas, kiri- me comentaba.-en este mundo hay muchas cosas, como buenas hay malas, el egoísmo es lo más triste que podamos hacer los humanos.- recuerdo esas palabras con el pasar del tiempo, y con ello pienso que la abuela, se equivocaba.

A medida que crezco, me estoy haciendo egoísta o simplemente un pervertido, pues, tengo un deseo que perturba mi sueño, o más bien una fantasía, un caramelo de color verde, aun desconozco el sabor, si es manzana, limón o kiwi.

Un chico, mi dulce caramelo, que codicio en el momento que empecé a tener estos sentimientos, un hormigueo en el estómago, las manos sudorosas, mi ritmo cardiaco al mil y sobretodo, el amargo sabor que me deja al acabar.

El día de hoy, sus padres me invitaron a un campamento, fue como un golpe del destino, mi destino, no importaba, mi dulcecito estará conmigo, pero de alguna forma noto algo diferente en el ambiente.

Al llegar los padres de él, se fueron a preparar la cena con antelación, es una hermosa coincidencia del destino

-Izuku, ¿te ayudo a formar la casa de campaña?- pregunto, espero que note que le llame por su nombre, cuando note un tono rojizo en su carita, me recuerda a las paletas extranjeras mexicanas, que la abuela me dio un día -oye ¿estás bien?- anuncio mi preocupación. La verdad, me preocupa, me da un poco de miedo avanzar y contarle lo que en verdad siento.

-¿seguro?, ¿no tendrás fiebre?- le dije con mi tono de preocupación, cuando sin pensar toque su frente, era como una piel de seda y aquellas pecas, era como tocar las constelaciones en la mano, "¡oh!, ¡kamisama!", mi corazón latía como loco, hasta que siento un ligero golpe en la mano.

-no, no es nada- comento colocando su mano en el pecho y antes que pudiera decir algo mi celular sonó.

-Eijiro, no causes problemas a la familia Midoriya, pórtate bien, por favor mientras estemos de viaje.

-si mama, te preocupas en vano.- dijo con seguridad, pero por dentro le hubiera gustado que fuera mucho después.

-sé que, estas bien con ellos, lamentamos no estar ahí.- comento la mujer.

-sí, lo sé, pero el trabajo es importante- dije tratando de ahogar lo que en realidad pensaba.

-de acuerdo, me mandas mensaje cuando llegues a la casa, te amo.-comento la mujer para finalizar la llamada, lo cual el pelirrojo, solo suspiro, a pesar de la edad que tiene Eijiro, se siente desplazado por las horas extremas de trabajo que tiene sus padres, "creo que por eso no soy egoísta", pensó, pues a pesar que sabía que entendía, aun no lo asimilaba, lo único que lo saco de ese estado triste fue su caramelo, al principio, fue una broma interna llamarle así, pero siempre sucedía que quería estar más tiempo con él, pero tenía que regresar a la casa vacía que lo recibía, muy al contrario, cuando conoció a Izuku, su vida cambio, dando una vuelta de 360 grados, él era el motivo de su sonrisa y eso le ponía contento, a mis 16 años, me alegro haber sido el que me salvara y me llenara de dulzura la vida, "es tiempo de ser egoísta".

Al cruzar por el bosque me encuentro a Izuku, plasmado en sus pensamientos, armando la casa de campaña, con un poco de risa me acerco a él.

-pensé que me esperarías- comente con sarcasmo.-y además esa parte va en la esquina no sobre ella- reclamo y casi de la nada un alambre s suelta de la esquina, apretándole del golpe que podría llegar

-¿estás bien?-pregunte y fue un momento mágico, un silencio que deseaba ser roto, como cuando cupido te estaca con un montón de flechas.

-si.- me contesto tartamudeando.

-esta vez lo hacemos juntos- dije arremangando mis mangas cortas y con entusiasmo, aquel incomodo momento se disipo, dejándome un momento alegre.

Con rapidez, la cabeza de la familia forma una fogata para que cenemos curry a la par que nos comenta de su manga, la madre ofreciéndome mas comida y el escuchando y dándole concejos de lo que se habla de su manga en clase, es cálido y agradable, su padre, nos da unas galletas con malvavisco, para asar, esta era mi primera vez asándolos, era el dulzor más amargo y adictivo que jamás pudiera haber descrito, era como estos sentimientos que callaba.

Trate de iniciar una conversación, una para eliminar la tensión y los latidos que me tienen loco.

-tus padres son muy amables- comente sin apartar la mirada al cielo ya que no era lo que quería decir. "dios, ¿en serio?-pensé

-si- comento.

-debes sentirte feliz de tenerlos.- "ok, Eijiro, cálmate, sigue así".-mis padres tenían trabajo que pensé que me quedaría a jugar videojuegos, me alegro aceptar esta invitación.- dije con un poco de temor y por accidente coloco mi mano sobre la suya "ahhh" grite internamente, "esto no era el plan, es mas ¿tenía un plan?" y si entre en crisis

-no, no te preocupes.- comento.

Y en ese momento, como si los dioses, santos y mártires me comunicaran que era el lugar y momento oportunos, una lluvia de estrellas fugases alumbraron el panorama, lo único que pensé era "si ustedes piensan que es el momento confió en ustedes" cerré los ojos y frote sus manos pidiendo a los dioses que funcionara.

¿Qué estás haciendo?- pregunto, con una risa que enamora.

-pues que crees, pidiendo un deseo, eso es lo que haces al verlas, ¡vamos!, ¡pide un deseo!- le dije, le pedí que fueran correspondidos mis sentimientos, a lo que él me siguió.

-que él me mire como algo más, como un amante enamorado.- susurro, que si no fuera porque me acostumbre a su tono de voz y al silencio del lugar no le hubiera oído.

-¿Quién es "el?- le dije, tenía miedo "y si solo son coincidencias"

-¿eh?, el secreto es especial- comento y pude ver su sonrisa, una parte de mí se presentó como malestar, una agrura que pierde todo dulzor a un ácido.

-debe... debe ser alguien especial- dije con amargura.

-sí, lo es- miro al cielo con esperanza. "quien es", "quien es el que me quito mi caramelo", "es katsubro", no, el no verdad... mi mente estaba tan nublada, que solo miraba al cielo, era tan hermoso y tan divino, que solo pensaba una sola cosa "abuela, solo por este instante seré egoísta" tome su mejilla y le di un beso, dios me sentí flotar en una nube, quien creería que mi primer beso, sabría a malvavisco con galleta de vainilla, le mire cara a cara, su cabello y cara parecían un tomate cherry , que lo único que pensé era "que adorable es"

-esto también es especial... aggg gracias estrella- dije eliminando todo miedo pues, nunca me quito, solo me acepto, pero creo que le revente los circuitos, por lo que procedí a dormir, tome mi manta y grite mudo debajo de mi saco de dormir.

sunshine kiridekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora