IV: EL LOBO ROJO Y EL DRAGÓN

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—Estoy bien.

—Deberías de dejar de hacerlo o se volverá costumbre. —Reprendió Arya.

Sansa se llevó el paño tibio a la frente una vez más.

Quedarse encerrada en sus aposentos una vez más no era una opción. Quizá si seguía ignorando a la reina como los primeros días, entonces sería muy buena opción, pero no ahora. Invernalia, todo el Norte incluidos los reinos del sur sabían de su compromiso, no duda que Cercei se haya enterado también. Sansa Stark, prometida de Daenerys Targaryen, un lobo comprometido con un dragón. Y, esta vez, el Targaryen no está secuestrándola para hacer cosas indebidas con su persona.

Soltó un gemido de fastidio. Fue sólo la sorpresa de escuchar que se casaría en pocos días, pensó que se casaría después de que Daenerys tomara el trono no antes. Debió mantener su boca cerrada, hubieran zarpado lo antes posible para ir tras Cercei y no habría boda. Ella fue la causante de la decisión de la reina, no podía negarse, probablemente por eso aceptó escucharla, no para que su gente descansara.

Una carta fue enviada a Skagos a la Casa Magnar. En la carta detalla explícitamente los beneficios de unirse a la guerra contra Desembarco del Rey, además de unas muestras de espadas y mazos hechos de vidriagón. Ha leído sobre aquellos hombres. Son fuertes e independientes, pero también adoran las guerras. Ya se han arrodillado una vez sólo porque quería unirse en batalla de su ancestro, así que estaría esperando una afirmación de unirse. De paso, invitar Lord Magnar al banquete después de su boda. Bran indicó que los Skagosis no les importaba si contraían nupcias entre dos mujeres o dos hombres, al parecer los Primeros Hombres tenían costumbres de las cuales no fueron muy bien detalladas. O, simplemente decidieron hacerlas a un lado por algo años más tarde.

Sansa bajó al Gran Salón para romper el ayuno. No hubo mucho que ver. La mayoría de las personas ya se habían retirado para ayudar en algo afuera, los muertos habían destruidos varias secciones de la fortaleza, al menos dos invernaderos de cristal fueron gravemente arruinado por como los muertos se dejaban caer desde el muro, por lo que escuchó. Además de que falta una parte del muro junto a la Torre Rota. El dragón reanimado causó estragos. La reconstrucción tardará al menos dos años, más quizá. El pueblo de los granjeros al Oeste fue arrasado, sin embargo, pocas cosechas lograron salvarse. Sansa no quiere decir que no debían temer por los suministros, murió tanta gente que ahora hay comida de sobra para los norteños. Antes fue una preocupación por la comida, ahora la preocupación es por la poca gente que ha quedado viva.

Los hombres del Valle regresan a casa para un merecido descanso. Su primo fue muy amable de su parte dar el apoyo que necesitaban, sin embargo, Sansa se siente mal por todas las muertes, todas las personas que sacrificaron sus vidas y que dejaron atrás a su familia para velar por su futuro. Tiene tantas cosas en la cabeza que ya no sabe qué es lo que provoca sus desmayos. ¿Estrés? Sí, puede ser.

Lord Gendry.

El favor de Arya.

Después de llenarse el estómago con algo de comida se dirige a buscar al herrero recién legitimado. La herrería sufrió grandes daños, hay pocos hombres y mujeres ayudando a quitar los escombros alrededor. Y, de nuevo, Alyssa está ahí moviendo grandes rocas que apenas pueden su pequeño cuerpo. Buscando flechas bajo los escombros. Missandei está vigilando a la niña desde la distancia mientras habla con el comandante de los Inmaculados, ambos tienen los ojos puestos sobre la niña en todo momento. Y, al parecer, no son los únicos. La persona a la que vino a buscar está atenta a Alyssa a unos pocos metros. ¿Es robo tomar flechas perdidas? Las carretas que anteriormente estaban llenas del mineral de vidriagón ahora están desbordándose de los escombros para ser sacados de la fortaleza para dar inicio con las reparaciones.

Su Reina [DAENSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora