Eunwoo iba descendiendo lentamente mientras dejaba un rastro de besos húmedos y mordidas suaves en el torso del muchacho que se entremecía bajo su cuerpo. Apenas llegaron a casa, después de la caseria nocturna para poder beber sangre, lo acorraló contra la pared en la entrada y comenzó a besarlo con ganas. El verle beber sangre de algunos humanos fue demasiado excitante como para seguir escondiendo las ganas que tenía de hacerlo suyo.
Ahora lo tenía bajo su cuerpo, sobre su cama, a camisa abierta y gimiendo con las caricias que le proporcionaba. Habian llegado ahí, el maestro cargando al más bajo con las piernas alrededor de su cintura, a tropezones por el pasillo, mientras se seguían comiendo las bocas.
Se alzó un poco para mirarlo mejor, después de pasear su lengua por su ombligo. Su chiquillo tenía buen cuerpo para ser tan tímido y temeroso, con el entrenamiento sería formidable. Gruño un poco al pensar que otros vampiros pudieran mirarlo. Con una mano se recargó sobre la cama para nuevamente alcanzar la boca de su chiquillo, con la otra desabrochó el cierre del pantalón de Jinwoo y la coló bajo sus boxer agarrando el miembro levemente erecto del muchado para comenzar a masajearlo. El nuevo vampiro jadeó fuerte contra su boca cuando sintió esa maniobra. Con los ojos completamente negros y una sonrisa de superioridad, observó como Jinwoo se contorsionaba bajo él a medida que lo masturbaba más fuerte hasta que se derramó en su mano.
Iba a lamer el semen de su palma, pero el otro se la quitó de la boca y comenzó a lamerla él. Su control se fue a la mierda al ver tan excitante escena, con brusquedad lo tiró sobre la cama nuevamente, le jaló los pantalones con los boxer y abrió sus piernas. Metió un dedo, que aún estaba húmedo y con algo de semen, en la entrada de Jinwoo, apretando éste cuando sintió al intruso... sin esperar nada comenzó a moverlo en circulos y en vaiven adentro y afuera. Luego metió un segundo dedo. Su chiquillo jadeaba y gemia con la cabeza hacia atrás. Mientras lo preparaba, Eunwoo se masturbaba su propio miembro y jadeaba al compas de quien tenia bajo él.
- Voltéate – le ordenó con un tono ronco.
Jinwoo obediente se puso en cuatro patas sobre las sábanas y Eunwoo se posicionó atrás, tomando su cadera con una mano y guiando con la otra su miembro frente a la entrada del otro.
- Wow, ¿podemos unirnos? – la puerta de la habitación fue abierta por un emocionado Bin, seguido de Sanha que con las manos en la espalda venía dando brinquitos como un niño.
- ¡¡FUERAAA!! – gruño feroz Eunwoo volviendo sus ojos rojos y mostrando los colmillos.
- Ok, ok, los esperamos afuera – canturreó el más corpulento riendo fuerte mientras cerraba la puerta de la habitación, volviéndolos a dejar solos.
- ¿Maestro? – le llamó Jinwoo poniedo su mano en la mejilla de un enojado Eunwoo. Éste le beso la palma y luego soltó un pesado suspiro de frustración.
- Será mejor que nos vistamos, los conozco y no se irán – le besó el cuello primero y luego los labios – después seguiremos con esto.
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⁃ ¿Qué hacen ustedes dos acá? - Eunwoo miraba de forma grave a los dos chicos que estaban sentados de forma despreocupada y muy cómoda en los sillones de su sala de estar.
⁃ Jun nos envío - aclaró Sanha - hay que entrenar a tu chiquillo.
Como si lo hubieran invocado Jinwoo apareció tímidamente por detrás de su maestro.
⁃ Hablando del rey de Roma - exclamó Bin y en un segundo apareció rápido al lado del más bajo, lo tomó por la cintura y la nuca inclinándolo hacia atrás - Hola precioso, ¿me extrañaste?
Pero debió soltarlo bruscamente para evitar el golpe a la nariz que le lanzó Eunwoo y antes de que el cuerpo de un confundido Jinwoo tocará el suelo, ya su maestro lo sujetaba por la cintura.
⁃ Que sensible - comentó Sanha al tiempo que se reía. Moon Bin apareció a su lado riendo de la misma forma.
⁃ Yo lo voy a entrenar - dijo de forma grave el maestro mientras ayudaba a incorporarse a su chiquillo.
⁃ No tienes derecho a réplica, Jun dio la orden. Hemos venido por él.
Eunwoo masculló algo entre dientes, visiblemente molesto. Jinwoo paseaba la vista entre su maestro y el parcito "extraño" mientras estos sonreían de forma burlona.
⁃ Quiero supervisar - finalmente habló Eunwoo.
⁃ Como quieras - alzó los hombros de forma despreocupada Moon.
Sanha apareció al lado de Jinwoo y lo cargó en sus brazos como si fuera una princesa.
⁃ Los veo allá - y de un segundo a otro desaparecieron de las vistas de los dos pelinegros.
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- ¿Dónde estamos? – pregunto Jinwoo mirando curioso a su alrededor. El lugar parecia un dojo, completamente blanco y sin decoración.
- Aquí vamos a entrenarte – señaló Sanha caminando hacia la pared llena de todo tipo de espadas, dagas y armas cortopunzantes - ¿Qué arma quieres? ¿Katana cómo tu maestro?
En ese preciso instante, Eunwoo y Bin aparecieron en el centro del lugar. El nuevo vampiro se acerco hacia su maestro, éste lo abrazo posesivo y luego lo reviso de arriba abajo para ver si tenía algun daño, luego le lanzó una mirada enojada al más alto, que sonreía tontamente mientras jugaba con unas dagas en sus manos.
- ¿Empezamos? – señalo Bin tomando una espada para después agitarla de lado a lado.
- Ya dije que lo entrenaré yo – dijo Eunwoo, poniendo al bajito atrás de él.
Bin y Sanha se miraron complices entre si antes de desaparecer de la vista de los otros dos vampiros, para aparecer a la milésima de segundo después sobre Eunwoo atacándolo con las armas. Este dio un paso atrás para esquivar, empujando a su protegido a un lado, fuera de la línea de pelea.
Fue una gran ráfaga de ataques y bloqueos, que acabo con Eunwoo presionando el filo de su katana en el cuello de Bin.
- Lo entrenaré yo – volvió a decir, pero esta vez en un susurro grave. De amenaza.
- Pueden dejar su pelea de niños de cinco años, por favor – una nueva voz irrumpió en el lugar. Era Jun, que habia atrapado a Jinwoo por los pelos de la nuca y tenia una daga sobre el cuello del menor, un hilillo de sangre ya bajaba desde el pequeño corte – si van a pelear por quién lo entrena, mejor me desago del problema – y ejerció presión en la daga provocando que el chiquillo lanzará un grito de dolor.
Eunwoo alarmado, soltó a Bin y dio un paso hacia el jefe de clan, pero se detuvo cuando éste volvió a hablar.
- Es mi orden que quienes lo entrenen sean Bin y Sanha, tú solo puedes mirar – y con desprecio soltó bruscamente a Jinwoo.
- ¿Por qué? – preguntó el pelonegro, su mano sobre la empuñadura de su katana se cerraban fuerte por la frustración.
- Porque serás blando con él, lo amas y no querrás dañarlo. En cambio Bin y Sanha, lo harán sin piedad. Tu chiquillo debe aprender a sobrevivir como vampiro, no podrá ser tu protegido siempre – le reclamó Jun, colocando la daga en su lugar dentro de la pared de armas.
El pelinegro miró a Jinwoo y lanzó un suspiro de fiasco... Jun tenía razón, lo amaba desde niño y no podría tratarlo con la suficiente dureza como para que aprendiera. Ser vampiro y sobrevivir en su mundo era despiadado, cruel y obviamente, al ser su creación, su chiquillo, sería atacado una y otra vez por todos los enemigos que ha sumado a lo largo de su existencia.
- Esta bien – dijo finalmente guardado su katana – que Bin y Sanha lo entrenen.
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Sangre - JINCHA
Hayran KurguDesde aquella noche, supo que era un niño especial, por lo que lo protege desde las sombras. Después de una larga ida, regresa, pero él ha crecido. Ahora que lo tiene entre sus brazos, a punto de morir, debe decidir si lo condena a la eternidad o l...