Capítulo 5

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Jinwoo cayó como peso muerto sobre la duela del gimnasio. Ya no daba más de los ataques de Sanha.

- Arriba precioso - le grito Bin.

Levantó un brazo indicando que le dieran tiempo, apenas podía respirar, el golpe lo había recibido en la boca del estómago.

Desde un rincón, Eunwoo observaba todo en compañía de Jun. El de menor estatura lo observaba de reojo y sonreía de medio lado al ver los puños apretados del más alto.

- Arriba Jinwoo - grito Sanha, jugando con sus navajas.

- ¿No se suponía que los vampiros no nos cansabamos? - preguntó finalmente el chiquillo sin levantarse del suelo.

- Si peleas con un humano obvio que no, pero estás contra Sanha.

El aludido hizo una exagerada reverencia hacia Bin, quien le respondió con un gesto de cabeza. Lo qué pasó a continuación fue solo en milésimas de segundos, Sanha soltó sus dagas, tomó una espada desde la pared del dojo y saltó sobre Jinwoo en ataque directo para clavársela en el pecho. Por suerte, el menor rodó hacia un lado, quedando la espada clavada en el suelo.

El más alto volvió a tomar sus dagas y se lanzó contra Jinwoo que ya se había puesto de pie de un salto y nuevamente comenzaron con una lucha de ataques y bloqueos.

- Está aprendiendo rápido - comentó Jun sonriendo satisfecho.

Eunwoo no dijo nada. Solo observaba como su chiquillo se movía y peleaba contra Sanha.

Ambos tenías rasmilladuras, cortes y golpes, pero que por su naturaleza vampíricas desaparecían a los minutos. El único consejo que pudo darle, al principio, a Jinwoo fue que no lo decapitaran y ya llevaban varios días entrenando.

Jun lo dejó observar el entrenamiento pero debía entregar su katana. No quería que interviniera por un arranque de heroísmo si veía a su chiquillo en peligro.

Al principio requirió mucho control para no meterse, pues Jinwoo no podía sostener la espada bien y la botaba a cada golpe de con quien estuviera entrenando. Los días han pasado y ya se nota el avance. Además que su chiquillo ha ido descubriendo sus nuevas habilidades vampiriricas como más agilidad, más rapidez, fuerza extrema, saltos impresionantes, vista y oídos agudos, entre otras. Incluso se le ve más confiado, ya no anda como cachorro asustado tras él. Poco a poco está dejando atrás al humano.

Jun palmeó dos veces atrayendo la atención de todos, incluso de los peleadores que se detuvieron al instante.

- Creo que ya es hora de entrenar tu habilidad especial - se acercó a Jinwoo sacando una venda del bolsillo.

- ¿Qué harás? - Eunwoo había tomado la muñeca del más bajo cuando levantó la venda hacia los ojos de su chiquillo.

- No lo amarraré - se burló - tú sabes que con solo mirarlo a los ojos puedo dominar su mente y hacerlo mío - la carcajada malvada fue secundada por Bin y Sanha - usaré esto para despertar su habilidad - y procedió a amarrar la venda alrededor de la cabeza de Jinwoo tapándole los ojos.

- ¿Qué debo hacer? - preguntó el recién vendado.

- Defender tu vida - le susurró Jun al oído antes de desaparecer y acto seguido Bin se abalanzó sobre él atacándolo con una espada.

Jinwoo adivinando el movimiento lo esquivo por milímetros y movió su espada hacia donde supuso estaba Bin pero éste desapareció evitando el golpe. La espada chocó en seco contra el suelo.

- ¡Ay, yo también quiero jugar! - se quejó Sanha. Jun que había aparecido en un rincón del salón le sonrió y con un gesto de su mano le dijo que fuera.

Ahora Jinwoo se defendía como podía de los dos vampiros, que no le tenían ninguna piedad. Agudizó sus oídos para poder saber desde donde venían, por lo que a los minutos se dio cuenta que Bin y Sanha atacaban a turnos lo que le hizo la tarea más fácil. Habían pasado varios día entrenando juntos, por lo tanto, ya podía distinguir fácilmente que cuando Bin pisaba la duela el ruido bajo su pie era más pesado y profundo que la sutil y corta pisada de Sanha. Aunque esta era la primera vez que peleaba con los dos al mismo tiempo.

Pasado un tiempo se le estaba haciendo pesado sostener la pelea. Debía pensar pronto en una estrategia para zafarse de uno o de los dos idealmente. Comenzó a retroceder, quería hallar una pared para usarla como referencia, cuando por fin su cuerpo dio con ella, posicionó sus pies listo para un salto y puso la espada frente a si esperando el ataque. Los dos vampiros altos sin leer a su oponente y confiados en haberlo arrinconado, se lanzaron al unísono, Jinwoo saltó por sobre las cabezas de ellos, agarrando a Sanha del cuello en una llave bajo su brazo libre y de un golpe de espada desarmó a Bin.

- ¡wow! - gritó emocionado Jun y comenzó a aplaudir la proeza del chiquillo avanzando hacia el trío.

Jinwoo soltó al más alto que reía feliz bajo su brazo y al quitarse la venda, recibió un palmeo en el hombro de parte de Bin.

- Bien hecho, precioso. Eso fue magnífico.

- Fue tan emocionante - agregó hilarante Sanha, dando saltitos al tiempo que aplaudía.

Eunwoo se les acercó sin expresión alguna, solo sé colocó al lado de su chiquillo de brazos cruzados.

- ¿Qué tal lo hice? - le preguntó expectante a su maestro que respondió moviendo la cabeza para aprobar lo hecho. Eso basto para que el más bajo sonriera ampliamente.

- Ahora vayan a descansar o a cazar si quieren - dijo Jun que ya estaba en la salida - mañana siguen. Ya fue suficiente por hoy.

- Ooouw...Binnie, ¿Vamos a bailar? - rogó Sanha con voz de niño y se apegó al cuerpo de este moviéndose sugestivamente mientras preguntaba.

Bin río y tomándolo del trasero lo levantó para que enredara sus piernas alrededor de su cintura. El más alto lo abrazó por el cuello y le plantó un beso abierto y húmedo. Eunwoo enarboló los ojos al tiempo que lanzaba un suspiro de fastidio, por lo que tomó la mano de su creación para arrastrarlo fuera del gimnasio.

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Cazaban para recuperar energías después del entrenamiento. Jinwoo devoraba a un ladrón de bajo pelo, un simple ladrón de carteras y billeteras que había tenido la mala ocurrencia de asaltar a una chica en una calle solitaria. De un tiempo a esta parte, y casi como si portaran capa de superhéroe, Eunwoo y su chiquillo, se alimentaban de la sangre de seres repugnantes para la sociedad. Podría decirse que hacían un servicio a la comunidad.

Empezó esto una noche en que observaron a un ladrón en pleno delito y Jinwoo, rememorando cuando lo mataron, simplemente atacó al hombre sin piedad alguna a modo de venganza. Su maestro después de disfrutar del espectáculo de gritos desgarradores y miembros mutilados, le prometió a su chiquillo que podría acabar con toda la bazofia que encontrarán en sus cacerías.

Limpiaba la sangre de su boca con el dorso de la mano, cuando una sombra cayó sobre él. En segundos, Jinwoo estaba en el suelo y un hombre con el rostro escondido tras su largo cabello negro le clavaba el filo de un cuchillo sobre el cuello.

- ¡No te acerques o lo decapito! - gritó el desconocido al ver la intensión de Eunwoo de defender a su creación.

- ¿Rocky? - murmuró con asombro al reconocer su voz.

- Buenas noches, maestro - por fin el desconocido mostraba su cara. Sus ojos completamente rojos se fijaron en Eunwoo, mientras le sonreía jactándose de su proeza.

- Suéltalo - le exigió con cierto pánico en el tono de voz.

- Oh vamos... Solo quiero jugar un rato con tu nueva creación - se relamió los labios - tu nueva debilidad - volteó su rostro hacia el chiquillo bajo él - sabías que antes yo fui tú.

- ¿Eh? - murmuró confundido Jinwoo.

- Tú y yo somos hermanos, porque ambos fuimos creados por el mismo maestro. Pero... ¿conoces la historia de Caín y Abel...? - una sonrisa socarrona se asomó - pues yo soy Caín - y levantó en alto el cuchillo haciéndolo caer con peso sobre el menor. 

Sangre - JINCHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora