Me llamo Lucy Uris, y sí, soy la hermana melliza de Stanley Uris, y sí, soy judía; ¡¡¡Y QUÉ MÁS DA!!! Siempre he estado con él, hacemos todo juntos... A veces nos vestimos igual, compartimos secretos, ...¡Nos llevamos fenomenal! Aún que mi hermano e...
Cuando llegamos allí, la madre de Eddie salió directamente disparada por la puerta. Tomó la mano de su hijo y nos señaló.
Madre de Eddie:
Vosotros hicisteis esto.-Cogió del cuello a Eds.- Ya sabéis lo delicado que es.
Bill:
Nos atacaron, s-señora K.-Dijo mientras la mujer abría la puerta de su coche.
Madre de Eddie:
No trates de culpar a nadie.-Dijo en tono firme, cerrando la puerta con Eddie adentro. De tanta prisa que tenía por irse, se le cayeron las llaves.
Bev:
Yo la ayud...-Iba a cogerlas, pero la madre de Eddie le gritó.
Madre de Eddie:
¡No!-Cogió las llaves.-He oído de tí, Beverly Marsh, y no quiero que una chica sucia como tú toque a mi hijo. De pronto, yo me eché a reír.
Lucy:
Sucia dice, ¿es que no se vio en el espejo cómo le queda ese chándal?- Susurré, pero, al parecer, la madre de Eddie me oyó y me fulminó con la mirada. Yo me puse seria.
Bill:
Señora K, le j-j...
Madre de Eddie:
¡No!-Gritó, señalándonos.-Sois unos monstruos. Ya habéis oído. Y Eddie ya no saldrá con vosotros, ¿me habéis oído? ¡Se acabó!- Y se dirigió al coche. Eddie, dentro, tenía una cara muy triste. El coche arrancó y todos nosotros teníamos una cara de decepción. El vehículo se fue alejando.
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(La Lucy está al lado de Stanley, justo detrás del cucu de Billy UwU)
Billy:
Vi el pozo. S-s-sabemos dónde está y a-a la próxima iremos preparados...
Stanley:
¡No! ¡No habrá próxima vez, Bill!-Dijo muy firme, tan firme que incluso me asustó.
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¡Estás loco!
Bev:
¿Por qué? Nadie más va a hacer nada.
Richie:
¡Por poco mata a Eddie!¡Y mira a este idiota!- Señaló a Ben.-¡Parece un bote de ketchup reventado!-Dijo muy enfadado, y yo me reí bajito. Dios, putos chistes de Richie que me harían reír hasta en un funeral...
(Richie para presidente??? XD)
Beverly:
No podemos fingir que no pasa nada. Tú lo dijiste: eso pasa cada 27 años.
Ben:
¡Bien, tendré 40 y estaré lejos de aquí! Creí que tú también querrías irte de aquí...
Beverly:
Exacto: quiero irme, no huir.
Richie:
Perdón, pero ¿quién invitó a Molly Ringwald al grupo?-Dijo, y Bev le hizo el corte de manga.
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Stanley:
Richie...
Richie:
Digo que hay que afrontar los hechos, el mundo real. Georgie está muerto. No hagas que nos maten también.- En ese momento, la cara de Bill había cambiado a una muy cabreada.
Bill:
Georgie no está muerto, ¡retíralo!
Richie:
No pudiste salvarlo, pero puedes salvarte tú.- Dijo, e intentó largarse, pero Bill se lo impedía.
Bill:
¡No!¡R-r-retíralo! Estás asustado, igual que todos, ¡pero retíralo!- Dijo empujando a Rich, casi llorando. Richie le devolvió el empujón y así empezó la pelea. Luego, Bill le dio un puñetazo a Richie.
Lucy:
¡Bill, para, relájate!-Dije, y todos intentamos sujetarlos para que no siguiera la pelea. Stan y Mike agarraban a Richie, Ben y yo, a Bill. Habría disfrutado de ese momento cerca de Bill si no fuera porque tiraba tanto que casi me hacía caer.
Richie:
¡Sois unos PERDEDOREEES!¡Os matará ese maldito payaso!
Bev:
¡Parar ya!- Bill y Richie dejaron de ejercer fuerza.-Esto es lo que Eso quiere, quiere dividirnos. Estábamos juntos cuando lo lastimamos. ¡Eso nos mantuvo con vida!
Richie:
¿A, sí? Pues yo planteo seguir estándolo.- Dijo yéndose, no sin antes darle con el hombro a Bill. Stanley también se fue.
Lucy:
Stan...
Stanley:
Por poco te matan, Lucy, y no quiero tener ese peso sobre mi conciencia. Vámonos a casa.- Y siguió su camino. Ben también se fue, junto con Mike.
Bev:
Mike...
Mike:
Chicos, no puedo hacerlo. Mi abuelo tenía razón, soy ajeno a esto. Me mantengo al margen.- Y también se fue. Los tres nos miramos.
Bill:
¿Y ahora qué hacemos? Tenemos que planear algo.
Beverly:
Yo no puedo, si se entera mi padre...
Billy:
¿Y tú, Lucy?-Me miró de repente, y tarde unos segundos en plantear algo.
Lucy:
Quedamos mañana por la tarde en tu casa.-Le dije al oído, pero con un tono de pregunta.
Bill:
Vale, mañana nos vemos.- Y sonrió. Nos fuimos cada uno por su camino. Durante mi trayecto, me lo pensé dos veces. ¿Cómo pude decirle que sí?¡Estaré babeando por él todo el rato! Dios, que hice...
