Adoptando Híbridos [Tokyo Revengers Y Tú]

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—...— El castaño caminaba de espaldas, observando con una pequeña  sonrisa a la chica frente a el, la observó de pies a cabeza con lentitud, intentando guardar cada detalle de la secuestrada, desde la cara sería que portaba hasta sus manos apretadas en puños, una ocupada por el cuchillo que traía

–Deja de hacer eso– acusó frunciendo el seño

—¡No hago nada!— Se defendió el castaño con una sonrisa mientras levantaba ambas manos en señal de inocencia

–Deja de mirarme tanto

—¿Por qué? ¿Te incómoda?

–Me dan ganas de golpearte

—¿Cuántos años tienes?— Ignoró la amenaza de la contraria —Yo tengo 21

–¿En serio?

—¡Si!

–No me importa

—Que amargada... ¡No te preocupes ojitos lindos! Se que tienes 19, que fuiste a la secundaria Okinawa Libre, Practicaste algunos deportes como Voley y Football, pero que no se te daba así que te fuiste a por la literatura, se que tu madre murió durante tu parto y que tu padre se  hizo cargo de ti hasta cierta edad cuando- ¡Ay!— Sostuvo su pie entre sus manos mientras seguía caminando entre saltos —¡¿Por qué me maltratas, bruta?!

–Ups...– se encogió de hombros y pasó por su lado, caminando en dirección a un árbol

—¿Por qué solo trepas  y trepas? Diviértete conmigo, ¡Juntemos fuerzas y matemos al que se acerque!

Ignorando las palabras del mayor, trepó nuevamente aquella planta, se acomodó en una de las ramas e intentó ocultarse entre las hojas

—¿A qué edad diste tu primer beso?— Estiró sus brazos en dirección al cielo, escuchando el crujir de su espalda al compás de las pisadas en las hojas secas, unos hombres se acercaban a pasos rápidos —El mío fue a los 5, con mi maestro de jardín, pero creo que eso no cuenta

Tres  hombres frenaron aquella corrida frente al castaño, al instante todos sacaron sus armas apuntando al joven chico el cual mantenía una sonrisa alegre

—Así que el Novato se reveló— El sonido del seguro ser sacado resaltó después de las palabras del hombre —South no está contento

—Uy, que miedo— Comenzó a caminar en dirección del grupo, uno de  ellos, el más bajo en estatura, disparó en dirección al pie del chico —¡Hey!

La sangre comenzó a salir con rapidez de la herida, el castaño retrocedió unos pasos antes de caer por el desequilibrio, tomó entre sus manos su pie mientras soltaba un quejido

—Ojitos Lindos, si me estás escuchando, ¿No serías tan amable de bajar y ayudarme?

—¿Pedirle ayuda a una... Secuestrada?— Se burló el hombre con la mirada fija sobre el castaño

Uno de los hombres, más específicamente, aquel joven bajito con el arma, cayó junto a un ruido sordo directo al suelo

Seguido de algunos balazos y quejidos

–¿Cómo se dice?

—Gracias— Arrancó un pedazo de tela de la chamarra que la castaña le  tendió, quitó su zapato e intentó cubrir el sangrado

–Creí que habías quitado las balas a las  pistola– Guardó entre sus ropas una de las armas y balas de éstas

—Yo también lo creí— soltó una risa amarga y con ayuda de la castaña se puso de pie