Capítulo 2: El día más esperado

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En mi cultura desde que somos pequeñas todas las niñas soñamos con el día en el que cumpliremos 15 años, pues es el día en el que nos convertimos en mujeres y celebramos con una gran fiesta en las que nos vestimos como princesas y somos el centro de atención, y me alegra decir que ese día llegó. Aquí estoy a 5 minutos de salir.

-Ximena, si no te quedas tranquila no podemos ajustarte el vestido, es lo único que falta para que salgas- Dice mi madre un tanto estresada, y la tarea de ajustar mi vestido se dificulta más porque escogí un vestido tipo princesa enorme de color rosa y dorado como toda la decoración, con la salvedad de que la decoración incluye blanco y mi vestido no.

-Lo siento estoy nerviosa- digo sin exagerar. Estoy que me desmayo de los nervios.

-Listo, estás hermosa, princesa- habla mi madre emocionada.

-Ximena, dime que estas lista por fa...

Leonardo se quedó en silencio en cuanto me vio. Observandome como si fuera la primera vez que lo hace. Como si acabará de conocerme y no pudiera despegar sus ojos de mí.

-Estás bellísima, pareces toda una mujer.

No puedo verme pero apuesto lo que sea a que estoy roja como un tomate ante el comentario de Leonardo

-Lo soy, solo que aún no lo notan – digo tratando de sonar los más natural posible.

Mientras todo el mundo va a su lugar deleito mi vista con el hombre que viste un traje de tres piezas negro. Su cabello está perfectamente peinado. Se ve incluso más hermoso de lo que ya es. Es un príncipe sin ser de la realeza. Yo sería su princesa si dejara de verme como una niña. Sacudo esos pensamientos lejos cuando es hora de salir.

Dos minutos más tarde voy del brazo de Leonardo bajando las escaleras de mi casa hacia la enorme sala principal en donde me entregará a mi papá y bailaré el vals con mi familia y amigos. Todo se ve increíble, decorado en rosa y blanco con el toque de dorado que me encanta. Cada detalle es como lo imaginé e incluso mejor. Mamá quiso hacer la fiesta en un salón pero yo siempre me ví celebrando aquí.

-Tranquila que todo saldrá bien, tú estás bellísima, este lugar también lo está, todo quedó perfecto, enana - habla Leandro y basta escuchar que me hable así para tranquilizarme un poco. Luego hablaremos de ese apodo.

-Gracias por hacer esto por mí, Leo.

-Haría cualquier cosa por ti, Ximena, cualquier cosa.

Me desarma el escucharlo decir eso viéndome a los ojos.

Entre mis nervios llegamos a la planta baja en donde me recibe mi papá en la silla para calzarme las zapatillas tipo cenicienta, y de ahí en adelante la fiesta marcha de maravilla, bailo el vals con todos los hombres y luego con las mujeres, y de ahí pasamos a la coreografía que tenía organizada con mis acompañantes incluyendo a Jyn y Leandro quien es mi pareja de baile, todo muy clásico. Después de todo el protocolo y las fotos me quito la gran falda del vestido y quedo en un vestido mucho más corto y fresco, todo está saliendo de acuerdo con lo que tenía planeado, hasta ahora.

Jyn baila conmigo tal como lo hicimos en su fiesta que fue a principio de año. Las dos tuvimos una fiesta increíble. Muy diferentes pero ambas hermosas. Bailamos y tomamos bajo la mirada reprobadora de Leonardo. Al final cedió y se nos unió pero siempre cuidando de nosotras.

Mis planes para terminar la celebración eran muchos que se pasearon entre bailar hasta quitarme los tacones, o tomar vino -que es lo que se me permite- hasta estar súper ebria, por nombrar algunos. 

Me alegra informar que está resultando así, son casi las cinco de la madrugada y ya estoy bastante ebria, cosa que no tiene nada de malo, pues estoy en mi casa, eso y el hecho de que Leonardo a estado como un escolta toda la noche hacen que no me preocupe por nada.

Albor (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora