Capítulo 5: Desprenderse

12 3 0
                                    

Va una semana desde que Leandro llegó, Martín se tuvo que ir por temas de la universidad, es su segundo año, Jyn está tratando de broncear su piel pálida, la abuela está en sus clases de repostería y pues Leandro y yo más juntos que nunca, el tema de su novia es como si estuviera prohibido, nadie dice nada sobre eso y es mejor así. El que quiera tomarlo con madurez no quiere decir que lo logre, solo tengo 15 años no me culpen.

-Enana, si te cuento algo me prometes que no vas a estar triste.

-Te lo prometo.

Su ojos están en sus zapatos y la seriedad de su expresión me hace saber que lo que me dirá a continuación no me va a gustar

–Voy a estar fuera del país un tiempo enana, por la universidad. Serán dos años.

Lo dice tan rápido que apenas puedo procesar sus palabras, es como si me hubiesen dejado sin habla, tengo 15 años y 11 de esos los he pasado al lado de este hombre, lo vi pasar de niño a adolescente y luego a hombre, nunca nos hemos separado más que unos días y empiezo a cuestionarme si estos sentimientos hacia él son sanos, porque ya estoy sintiendo un dolor en el pecho como si fuera atravesado por algo filoso.

-Habla, Ximena, porque tu expresión me está matando.

Pero yo no puedo, ¿Qué se supone que le diga?

–Joder, Ximena, no te quedes callada dime algo.

En lugar de hablar me levanto de mi asiento y corro a mi habitación, quiero llorar, pero no quiero que él me vea hacerlo, es su futuro y debo alegrarme, es solo que es jodidamente difícil desprenderme de él.

Llego a la habitación y cierro pasando el pestillo, me voy directo a la cama a llorar sobre la almohada que seguramente quedará un tanto húmeda por mis lágrimas

–Enana, no me hagas esto. Prefiero cualquier otra cosa antes de que me ignores, me prometiste que no estarías triste, Ximena.

Es cierto, se lo prometí así que limpio mis lágrimas, respiro profundo un par de veces y abro la puerta de la habitación, está ahí de pie con una expresión de tristeza y sus brazos me envuelven logrando que me desahogue en su pecho por la diferencia de altura.

-Lo siento, soy pésima cumpliendo promesas al parecer.

Sollozo en los brazos de Leandro por un rato, siento como mueve el brazo para cerrar la puerta, no tengo idea de cuánto tiempo estuve en sus brazos solo sé que me sostuvo hasta que me tranquilicé.

-No quiero verte así, quiero que estés feliz, que termines el instituto con las mejores calificaciones, que salgas a divertirte con tus amigas y que mi ausencia de estos dos años no sea una interrupción para ti.

-No puedo prometerte nada pero lo voy a intentar, en serio lo voy a intentar – Mi voz es apenas un susurro.

-Ximena, necesito hacerte una pregunta y quiero la verdad esta vez.

Asiento y me separo de sus brazos para verlo a los ojos - ¿Sientes algo por mí?

Fijo mis ojos en el piso por un momento mientras decido qué voy a decirle, al final me inclino por la verdad.

-¿De verdad no lo sabes? Siento que he sido obvia toda la vida – Su mirada fija en la mía.

-Siempre pensé que me veías como un hermano mayor pero mientras crecíamos era más evidente que el trato de nosotros era diferente, quiero decir la relación de nosotros dos es diferente a la que tengo con Jyn y no debería ser así. Te mentiría si te digo que no me inquieta mucho todo lo que ha pasado y sigue pasando desde la fiesta.

-¿Y qué está pasando?

Es una pregunta tonta pero quiero oír lo que tiene para decir.

-Joder todo, Ximena, desde la fiesta es como si todo lo de nosotros hubiese cambiado, desde ese día ya no te veo igual, me inquieta ese primer beso, me inquieta que me gustara tanto verte sin ropa pero lo que más me inquieta es que soy incapaz de arrepentirme aunque esté mal.

Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo, mi corazón parece estar bailando dentro de mi pecho, tanto que me preocupa que Leandro pueda escuchar los latidos.

-Fue mi primer beso ¿sabías? – No sé de donde salió eso pero quería que lo supiera.

-Lo sé y no tienes idea de lo bien que se siente que así sea.

Un sonrisa tiró de sus labios y siento que mientras más lo observo más hermoso me parece, sus ojos de ese azul cielo que irónicamente me resultan cálidos pero de un momento a otro veo que se ensombrecen

–Aunque no debería sentirse así de bien.

Sus palabras borraron cualquier resquicio de la sonrisa que tenía hace un momento y que ya extraño.

-Leandro ¿qué es lo que te pasa realmente conmigo? no me importa si está bien o no, solo quiero saber.

Los ojos de Leandro se clavaron en los míos y no fui capaz de bajar la mirada, quiero grabar a fuego esos ojos en mi mente y que en cada segundo que no estemos juntos el recuerdo de sus diamantes me conforte.

-Te estoy viendo de la única manera que no debería verte, quiero sentirte de la única manera que no puedo porque para el mundo sigues siendo una niña, porque se supone que eres como mi hermana pequeña, porque tus padres confían ciegamente en mí...

Su mirada seguía fija en la mía, tanto que fui incapaz de contenerme y le rodee el cuello con mis brazos uniendo nuestros labios en un beso que se sintió como una dosis de vida. Al principio creí que no correspondería pero lo hizo y lo próximo que sentí fue sus brazos alrededor de mi cintura uniéndonos aún más, nuevamente estaba esa sensación en mi estómago.

Nos besamos sin pausas, hasta que la falta de oxígeno hizo de las suyas obligándonos a separar nuestros labios

–Ya no soy una niña, Leandro, tal vez no tengo 20 años pero no soy una niña.

-Lo sé, Ximena, y eso me está matando porque estas cosas no pueden seguir pasando y cuando se trata de ti no puedo ser fuerte – Seguimos en la misma posición con nuestras frentes unidas y ahora sus manos a los lados de mi cara.

-Oh lo siento, mi niña, creí que la habitación estaba vacía.

La voz de Nora nos sobresaltó haciendo que nos alejáramos, su mirada curiosa pasaba de Leandro a mí.

-Nora, nosotros...

No me dejó terminar de explicar.

-Mi niña, ustedes son inseparables desde siempre y eso no es ningún secreto.

Sonrío aunque siento que fue más una mueca.

-Así es, Nora, y ya nos vamos, luego nos vemos.

Leandro habla y me toma de la mano para salir de la habitación.

-Casi me desmayo del susto, creí que nos había visto besarnos - susurro a Leandro mientras bajamos las escaleras.

-¿Algo que contar?

La voz de Jyn detrás de nosotros nos sobresaltó, es evidente que escuchó lo que le dije a Leandro.



--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola bellezas nuevo capítulo por aquí

Espero les guste, si es así dejen su voto

Nos leemos pronto

By: Yannymar Delgado.

Albor (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora