Capítulo 4: Rapunzel

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Luego de 3 horas de viaje por fin llegamos a casa de la abuela Giselle, esta casa siempre me ha encantado, es enorme y tiene absolutamente lo que puedas necesitar para no aburrirte, desde un parque con columpio y otros juegos, hasta piscinas climatizadas de diferente tamaños, sauna y otras tantas cosas que los abuelos se encargaron de tener para que su familia estuviera cómoda en todos los sentidos.

El abuelo murió hace unos años y aunque mi padre tiene una hermana, ella nunca está aquí, se la pasa viajando por el mundo, casi no la conozco.

-Este lugar sigue igual de hermoso desde la última vez que vine - habla mi amiga embelesada por la belleza de este lugar. No exagera, todo parece tan igual, tan hermoso como siempre.

-Vamos a tomar algo, dejen las maletas ahí. Los empleados se encargaran de llevarlas a su habitación, porque van a dormir juntas ¿cierto?

Jyn y yo nos vemos y respondemos al unísono.

-Como siempre.

Nos reímos por lo mucho que la abuela nos conoce. Los jardines nos dan la bienvenida con flores espectaculares de todos los colores, resaltan los rosales y arbustos podados en formas perfectas. El verde parece más brillante que nunca. La enorme puerta de entrada es abierta por un empleado al que la abuela se dirigió como "Albert" para agradecerle. El hombre asiente con su cabeza como si hiciera una reverencia y nos dice un "bienvenidas, señoritas" a Jyn y a mí. Debe tener pocos años trabajando aquí porque no lo recuerdo.

-Ahora quien me explica por qué Leonardo no vino, y nada de "está ocupado" porque ese muchacho se corta un pie antes que dejarlas solas.

Me permito pensar en él. Le pedí a Jyn que no le dijera nada hasta que estuviéramos aquí. No quería que terminara imponiendo su voluntad. Hasta ahora ha respetado mi petición de no hablar del tema. Sin embargo al día siguiente de nuestra charla, le pedí que se marchara. Él entendió, pero su mirada brillosa me dice que le afectó y mucho. O quizás soy yo quien quiero pensar que así fue.

-No siempre, Gi, ahora tiene una relación y como sabrás no puede dejar a su novia sola por venir con nosotras -explica Jyn mientras ingresamos en la cocina y las empleadas nos saludan, pero yo busco a alguien en específico.

-Gi, ¿dónde está Nora?

-Aquí estoy mi niña - Escucho su voz detrás de mí y me giro para abrazarla, Nora es el ama de llaves de esta casa de toda la vida - Siguen llamando así a la abuela. No puedo creerlo.

-Eso es culpa del abuelo, él nos enseñó,

Nora sonríe y nos abraza.

-Estan hermosas.

Nos hace girar para ver cuánto hemos crecido.

-Tengo que disculparme, mi niña. No fui a tu fiesta, porque me sentía indispuesta.

-¿Estás enferma? ¿Aún te sientes mal?

No oculto mi preocupación.

-No, mi niña, tranquila, Martin estuvo cuidándome, acaba de irse, regresa en unos días.

Martin es su hijo. Tengo varios años que no lo veo. De niños todos convivíamos mucho aquí. Está casa era nuestro lugar favorito. En lo que a mí respecta, aún lo es. Se siente cálida y no me refiero a la temperatura.

-Todo muy hermoso pero vamos a comer mis niñas.

La abuela está feliz de que estemos aquí y la verdad me alegra poder acompañarla para que no esté tan sola en esta casa, que básicamente es un palacio. Sé que de no ser por Nora se sentiría muy sola. Nora ha trabajado toda su vida para la familia y la abuela la considera un miembro más.

Albor (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora