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Se encontraban en la Isla Prisión, como lo dice su nombre, está situada en medio de una enorme isla con el mar a su alrededor siendo muy necesario llegar en bote o en helicóptero.

La habitación estaba en completo silencio y mantenía un color gris que no podía provocar alguna emoción en particular para quien estuviera ahí. La mirada se mantenía en aquella mesa de metal que, a su vez, servía para tener encadenado al preso.

Su espalda totalmente recargada en el respaldo de la silla y sus manos colocadas sobre sus piernas, lograba hacerlo gracias a que la cadena era un tanto larga. Además, sus zapatos especiales fueron remplazados por otros comunes.

A su lado izquierdo, estaba una gran ventana polarizada que le impedía ver su interior, pero quienes estaban al otro lado de la ventana lograban ver perfectamente al rey al igual que con las cámaras colocadas en la sala.



– Me siento un poco mal por él. – mencionaba el plateado mirándolo – ¿Creen que si estemos haciendo lo correcto?

– Supongo que sí... – respondía el azulado mirándolo también – No... No creí que volvería a ser necesario ir a detenerlo.

– Nadie lo creía ya necesario. – mencionaba el gato suspirando.

– Mantengan las cámaras y la grabadora encendidas. – ordenaba el murciélago – Quiero que todo quede guardado al finalizar.



Salió de aquella pequeña sala para luego ingresar a la otra en donde se encontraba el rey. Este ni siquiera se molestó en voltear al momento de escuchar que ingresaba.



– Shadow Adeleke. – mencionaba con un gran suspiro y tomando su respectivo asiento – ¿Cómo te sientes ahora mismo?



No obtenía respuesta por su parte, ni siquiera alguna mirada o algún movimiento.



– Espero no tener que ser yo el único que tenga que hablar. – mencionaba el murciélago nuevamente – Es agotado cuando hablo y no tengo respuesta de quien esté sentado justo donde estás. La verdad es que nunca consideré tenerte en este lugar haciendo todo este proceso. Nunca llegue hacer esto con Verena sabiendo lo que ambos hicieron.

– ¿Sabías lo que hizo? – habló finalmente al igual que lo miraba.

– Claro que lo sabía. – respondía – Sabía todo de ella y acepté que trabajara aquí porque tenía el mismo propósito que yo. Además, ella era una enorme ventaja con sus poderes.

– ¿Gozaste arrestarme? – cuestionaba con seriedad y con algo de desprecio.

– ¿Tengo cara de disfrutarlo? – cuestionaba mirándolo fijamente – Y no tomes mi papel. El que hace las preguntas aquí soy yo.

– Llega al punto. – ordenaba.

– Aquí no eres el rey. – decía amenazante – No estás en Tumaini, sino en una prisión de alta seguridad.

– Te sientes bastante seguro amenazándome estando yo esposado y con mi poder debilitado. – decía con mayor seriedad y con la mirada fija.

– Eres alguien de un peligro muy alto, ¿Qué parte de eso no entiendes? – cuestionaba alzando un poco más la voz – Debieron hacer esto hace mucho tiempo, pero dejé que Verena tuviera control de la situación llevándote lejos y protegiéndote.

– Más vale que dejes de meterla en esto. – amenazaba – Ella solo hizo lo que quiso y consideraba correcto.

– ¿Te sientes orgulloso después de todo lo que cometiste?

– Jamás dije que estuviera orgulloso. – decía molesto – Lo que cometí años atrás no tiene el perdón de nadie.

– No me refería a lo que hiciste hace más de 69 años.



Más allá del viento ~ (2° temporada de Viento Libre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora