9

19 4 8
                                    

El murciélago bajó del helicóptero y caminó hacia las instalaciones de la prisión. Saludó a cada uno de los guardias en turno sin perder la autoridad al caminar.

Se dirigió hacia su oficina y, al entrar, se encontró con alguien más que estaba sentado en una de las sillas.



– ¿Gran maestro? – preguntaba cerrando la puerta – ¿Qué hace hasta estos rumbos?

– Buen día, señor Richard. – saludaba con amabilidad poniéndose de pie y volteándolo a ver – Espero no haber interrumpido o molestarlo.

– Para nada, es bienvenido. – se acercó para irse directamente a su propio asiento – Dígame, ¿En qué lo puedo ayudar?

– El rey está aquí, ¿Cierto? – preguntaba al mismo tiempo que retomaba su asiento.

– Así es – respondía –, solo que no tiene nada de qué preocuparse. No es ningún prisionero. Está siendo protegido por cada uno de nosotros.

– ¿Cómo ha estado el rey? – preguntaba mirando fijamente al jefe.

– No del todo bien. – suspiraba un poco – Ha tenido algunos colapsos y la situación cada vez empeora, al parecer. No puedo otorgarle información acerca de este caso, solo puedo otorgarle mi palabra de que el rey estará bajo mi protección.

– Tiene que volver a Tuamini. – decía sin más – Su gente ha estado muy angustiada.

– ¿Angustiados? Pero si ustedes mismos optaron porque fuéramos por él. – fruncía un poco el ceño.

– El miedo está más en ellos tras la partida de su rey. Cada uno de nosotros necesita creer en algo. Creemos en nuestro rey y necesitan de él, además de la misma protección que puede dar.

– Entiendo toda esta parte de la monarquía, las ciudades aliadas y enemigas. Sin el líder pueden ocurrir muchas cosas, pero esto no es tan sencillo. – miraba al viejo equidna – No puedo dejarlo ir solo así sabiendo lo que está ocurriendo. Lo único que puedo decirle es que él está muy vulnerable.

– Desde que Dante le provocó esos poderes se volvió muy vulnerable mentalmente. Shadow ha dado protección a la ciudad a pesar de todo. – se puso de pie comenzando a caminar – Ahora él necesita recibir esa misma protección.

– ¿Le dirá a su gente que es necesario que esté aquí?

– El mensaje será anunciado una vez que llegue a Tumaini, no te preocupes. – se dirigía directamente hacia la puerta – Agradezco el tiempo que me brindaste para escucharme.

– Gracias a usted por venir. – decía poniéndose de pie y yendo rápido hacia el gran maestro. – Sé que fue un largo viaje – le abría la puerta –, puedo decirle a uno de mis agentes que lo escolte de vuelta a Tumaini.

– No es necesario, muchas gracias. – sonreía suavemente saliendo de aquella oficina – Tengo mi propia nave y uno de mis soldados espera ahí.

– Entonces que tenga buen viaje. – lo despedía.

















Jehan se encontraba en una de las tantas habitaciones del lugar, se ocupaba en reparar varias armas y tenerlas listas. De fondo, tenía su música que lo ayudaba a concentrarse mejor.

Era excelente haciendo aquel trabajo, además era algo que también disfrutaba hacer.

A pesar de tener la música y sus ojos enfocados en las piezas, su mente se desvió completamente recordando nuevamente a la gata blanca que tan solo suspiró dejando a un lado su trabajo.



Más allá del viento ~ (2° temporada de Viento Libre)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora