Cap XX

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- Helena.. -hice una pausa-. No es por ofender pero, con el tema de repetir curso y todo Claudia y yo hemos estado muy distantes, y nos vendría muy bien unos días a solas.. -dije con el máximo tacto que pude.

- Es cierto, discúlpame no era mi intención, debería haber pensado en vosotras. -comentó seria pero comprensiva. Quizá a Claudia la engañaba con sus ligues y todo pero a mi no, yo sabía lo que sufría ella, sabía que quería ir a ese viaje y no por fastidiárnoslo si no porque realmente ella la echaba de menos también.

- Tranquila. -la abracé-. Para las dos es una chica muy importante, a ambas nos hace ilusión verla. -su abrazó no fue muy recíproco pero se dejó abrazar por mí que ya era un gran avance.

- Vamos va haz la maleta o se te hará tarde, ¿A qué hora es el vuelo por cierto? -comentó intentando separarse de mí, cosa que hizo.

- Es mañana a las 5:00 am debo embarcar.

- Estaré allí contigo. -me sonrió algo forzado pero sincero.

- Gracias, te lo agradezco. -le devolví la sonrisa.

Salí de su casa con la ropa necesaria, aquí era verano por lo cual la temperatura superaba los 32º siempre en cambio allí miré la previsión y solía hacer unos 16º lo cual haría frío así que cogí ropa variada, para abrigarme y también un poco más ligera.

Aquella noche no dormí, también debía madrugar mucho por lo cual prefería dormir en el avión así se me pasaba más rápido el viaje aunque tan solo duraba dos horas y treinta minutos.

Decidí seguir leyendo mi libro: *Si me dices ven lo dejo todo... pero dime ven*.

*RRR-RRR*

La vibración del móvil me saco de la lectura, salía una llamada entrante de Helena.

- ¿Si? -pregunté curiosa.

- ¡Nena! Sal ya que son las 3:30 am.

- ¿Qué dices? ¿Enserio? ¡Mierda! -chillé saltando del sofá y poniéndome en marcha, además allí en la casa de Claudia tenía la maleta y todo en la otra punta, lo cual empecé a correr.

- Hay si te escuchara Madre. -ella era más formal siempre la llamaba Madre, yo lo típico, Mamá.

- Perdón. -me disculpe sin pensarlo como si fuera una niña pequeña y bueno para ella lo era, su hermana pequeña.

- Vamos va estoy fuera, diles que me abran.

- Okey, voy. -colgamos la llamada.

- Caroline. -llamé a la chica.

- Sí dime señora. -ella me trataba siempre de usted, con Claudia no pero conmigo no olvidaba las formalidades, al fin y al cabo era una especie de mayordomo, sirvienta, supervisora algo extraño, nunca llegué a preguntarlo, tenían gente específica para el servicio y mayordomo también, pero ella se encargaba un poco de todo supongo que era la conocida de la familia y le daban ese poder.

- ¿Podrías abrir a mi hermana? Está en la puerta.

- Por supuesto. -respondió como siempre con amabilidad y respeto.

- Muchas gracias.

- A usted. -se retiró a abrirle.

Corrí hacia las maletas y volví al lugar donde estaba antes pero escuché unas voces, una pude detectar que era la de Helena.

- ¿Cómo está doña Helena? -preguntó Caroline.

- Muy bien, aunque muy adormida a estas horas. -comentó con su tono de serio.

Mi profesora de Inglés COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora