Primeras Citas

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Saliendo del trabajo por la tarde, un aura de inquietud se sentía en el aire para Dwight Schrute. Era la primera cita y había decidido quedarse con su misma ropa del día. No quería parecer muy desesperado por parecer elegante o algo por el estilo. Sabía que la clave de una buena cita era ser uno mismo. Llevaba camisa azul claro y corbata gris oscuro a rayas diagonales.

No obstante, Angela sí se arregló un poco más. Se puso maquillaje discreto, se soltó el cabello y siguió con su mismo atuendo del día: falda gris oscuro y suéter azul y gris claro.

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En aquel restaurante a la hora acordada...

-Gracias por venir, Angela. Permíteme -exclamó Dwight, haciendo hacia atrás la silla para que ella se sentara.

-Gracias, Dwight. La actitud de caballero es importante. -respondió Angela, sentándose delicadamente. Quiere actuar como toda una dama para esta primera cita.

*Ambos se sientan*

-¿Y qué tal tu día, Angela? ¿Todo normal?

-Sí, nada fuera de lo común. Papeleo, cuentas, soportar a Kevin y sus comentarios raros... En fin.

*Les traen los menus y agradecen.

-Entiendo, lo mismo me pasa con Jim y sus constantes bromas. 

-Es un inmaduro.

*Ambos asienten con la cabeza, estando de acuerdo. Su tono de superioridad ante los demás de la oficina es algo que tienen en común. Piden sus alimentos y bebidas y continuan charlando.

-Entonces estás de acuerdo en salir en secreto, ¿no? Digo, podemos probar, y continuar sólo si ambos nos sentimos cómodos.

-Mientras nadie de la oficina lo sepa, acepto... Tú, ehm, me parece que también eres el más eficiente de la oficina. Tienes muchas cualidades, por eso eres el segundo al mando.

-Así es. Gracias por reconocerlo.

*Sonríen y se miran un largo rato. Ella aparta a momentos la mirada, acariciando el mantel con los dedos. Él cambia de posición sus manos, entrelazándolas o bajándolas.

-Dwight... No sé cómo no me di cuenta de lo apuesto que eres. Llevamos años trabajando juntos pero, nunca nos había imaginado así, para ser sincera.

-Gracias por el cumplido. No me imaginaba esto tampoco, pero resulta muy... Placentero. Tu compañía es ciertamente agradable.

-Gracias.

*Les traen sus comidas y bebidas, proceden a comer.

-Esta pasta es muy buena. ¿Disfrutas tus vegetales?

-Sí, están muy bien cocinados. El sazón de este restaurante es adecuado.

-Concuerdo, totalmente.

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Fue una excelente primera cita. Notaron que tenían mucho en común en cuanto a ideales y planes de vida. Sonreían y se miraban frecuentemente. Tenían una química muy bonita que recién comenzaba a surgir.

Acordaron salir una o dos veces por semana y ser totalmente discretos en la oficina. 

La ocasión siguiente fueron a un restaurante distinto, su plática era más fluida pues ya estaban en más confianza.

A la tercera cita, Dwight sugirió a Angela conocer su granja. Le prometió que era un lugar hermoso, sobre todo el granero desde donde se podían ver las estrellas.

Ella aceptó, emocionada por conocer un lugar nuevo: el territorio de Dwight.

Cuando llegaron, Angela estaba entusiasmada por el aire fresco y la calidez de la noche. Después de mostrarle el lugar cenaron en privado, en una mesa al aire libre que Dwight acomodó con velas y flores. Encargó a su primo Mose que fuera el camarero a cambio de una pequeña recompensa.

Luego de comer, Dwight y Angela se recostaron sobre una manta en el pasto y contemplaron las estrellas. Él la tomó de la mano y ella puso la cabeza en su hombro. Fue un momento muy especial para los dos. 

-Nunca había visto un cielo tan precioso, Dwight.

-Ciertamente la naturaleza y el universo son fascinantes.

-Gracias por traerme. Me siento muy feliz aquí... Contigo.

-Y yo también contigo, Angela. Siempre que quieras podrás venir aquí.

Pasaron un par de horas más (que se fueron bastante rápido) y Angela dijo que tenía que irse. Era medianoche y al día siguiente se sentirían desvelados, pero habrá valido la pena.

La llevó a su casa y, justo cuando ella estaba por entrar, Dwight la tomó de la mano:

-Un momento, Angela... Quiero darte esto.

Y le robó un beso en la mejilla.

-Espero que esto no te moleste -exclamó Dwight, un poco sonrojado.

Entonces, Angela hizo caso a sus instintos por un momento, y le robó a Dwight un beso en los labios. Tuvo que pararse de puntillas para ello ya que él es muy alto, pero eso sólo lo hizo más romántico.

-Ni a ti esto...

Continuaron el beso unos segundos más, con los ojos cerrados y tomando sus rostros y cabello. Se separaron, mirándose fijamente.

-Buenas noches, Dwight.

-Buenas noches, Angela. Descansa.

Ella entró a su casa y se asomó tímidamente por la ventana. Desde ahí pudo notar cómo Dwight gritaba y brincaba de la emoción, como esa vez que llegaron los bomberos a Dunder Mifflin hace unos días por el fuego. Su reacción de siempre multiplicada por 10.

-¡YESSSS! ¡WOOO HOOOO!

Angela sólo pudo sonreír y poner la mano en el corazón. Latía al mil por hora, pues no se había sentido así en mucho tiempo.

Estas fueron algunas de las primeras citas románticas que tuvieron. Entre más salieron, más se convencieron de que eran el uno para el otro. La historia apenas comienza.

Dwangela (INCOMPLETA Y CANCELADA sorry :c)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora