Dwangela (INCOMPLETA Y CANCELADA sorry :c)

Primera vez

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Viernes por la tarde.

Un sentimiento: intriga.

Dos personas: Dwight K. Schrute y Angela N. Martin.

Salieron a una hora normal del trabajo para cambiarse de ropa y luego verse en la cafetería de antes a la hora acordada. 

Angela vestía una falda café, medias color piel, tacones no muy altos y una blusa lila opaco con mangas amplias y cuello en V un poco descubierto. Dwight llevaba pantalón gris oscuro y playera polo gris claro.

Ella llegó en taxi ya que se irían en el coche de él hacia la granja. Condujeron llevando una plática casual, con algunos momentos de silencio en que Angela disfrutaba de las vistas, el paisaje de camino allá era muy pintoresco.

Dwight podía notar que ella estaba algo nerviosa, pues se bajaba la falda esperando no fuera muy corta y entrelazaba las manos constantemente. Se acomodaba el cabello y miraba de manera fugaz hacia Dwight, como analizando lo que estaba por pasar.

<<Cielos, no puedo creer que vaya a hacerlo con Dwight por primera vez. Espero que sea gentil, nunca he hecho algo así. No es mi estilo, mi creencia dicta que debería hacerlo hasta después del matrimonio pero... En parte, ¿cómo sabré si me quiero casar con alguien si no sé como me trata en... ? Esto es una locura, no sé si estoy lista>>

En ese momento y sacándola de sus pensamientos, Dwight tomó la mano de Angela suavemente.

-Tranquila, no es como si entraras a la boca del lobo. Vamos a pasarla bien y si algo no te gusta sólo dímelo y me detendré. ¿Está bien?

-Está bien.

Poco después llegaron al lugar, que parecía no tener a nadie en él. No estaba Mose corriendo como siempre, ni trabajadores cerca.

Dwight le abrió la puerta y le indicó el camino a la casa. Habían estado cerca pero nunca habían entrado.

-Bienvenida a mi humilde hogar. 

Se trataba de una casa sencilla pero acogedora, con tejas verdes y cafés, pintura beige o crema. Tenía 2 ventanales abajo y uno arriba.

-Es un lugar hermoso -dijo Angela con una sonrisa entre emocionada y nerviosa.

-Ven, te mostraré todo -exclamó Dwight tomándola de la mano y abriéndole la puerta.

Le mostró la sala, llena de muebles antiguos con colores grises y madera de alta calidad, muchos retratos, trofeos, decoraciones de caza e inciensos. Las ventanas tenían unas cortinas muy bonitas en color azul pastel.

Subieron las escaleras y llegaron al "Cuarto Privado" (según ponía el cartel en la puerta), es decir, la habitación de Dwight. Tenía pósters en la pared, medallas, cuadros y objetos de colección. También una cama individual con sábanas blancas y una mesita de noche.

-Qué agradable. Me gusta -exclamó Angela, admirando la decoración. No le molestaban los gustos peculiares de Dwight, le gustaba que fuera honesto y no fingiera ser alguien que no es sólo para sorprenderla. Entrar a sus dominios le pareció muy interesante.

Además, Angela tenía preparada una pequeña sorpresa.

-Creo que a este buró le hace falta un toque femenino. Traje esto.

Sacó de su bolso una pequeña figura de querubín de porcelana. Para ella, era un acto de cortesía traer un obsequio cuando vas a la casa de alguien por primera vez. Aun así, sólo lo hace con las personas que le importan.