1989
Al abrir sus ojos lo primero que hizo fue soltar un largo suspiro, eran tal vez las dos o las tres de la tarde, la verdad no le importaba, se enfoco en el pequeño cuerpo que yacía a su lado, subió la sabana para tapar la desnudes de ambos, aquella joven se acurrucaba cómodamente contra su lado izquierdo usando su hombro como almohada. Se quedo mirándola por algunos minutos disfrutando de la tranquilidad del momento.
Después de aquel encuentro tan intimo como tantos se despidieron antes de la llegada de la noche, ya abría tiempo para ellos dos.
A la mañana siguiente, llego puntual al hospital, subió a la habitación de su padre, después de intercambiar algunas palabras con el doctor de turno se quedo a solas con su progenitor.
Estaba enfermo de gravedad, por varios años lo había ocultado pero cuando cayo en cama ya no pudo más. Aquel joven no sabia el porque de la constante insistencia de verlo aquella mañana, ciertamente tenia un mal presentimiento.
Y no se equivoco. Las primeras palabras que salieron de los labios de su padre lo horrorizaron.
—¿Estas loco? ¡Qué clase de broma es esta papá! -expreso con molestia.
—Ninguna, no es ninguna broma hijo, no jugaría con algo así.
—¡Te has vuelto demente! ¿C-cómo puede pedirme... P-por supuesto que no, no acepto.
—Hijo, te necesito, ya no tenemos nada, además. Me estoy muriendo, sabes que tengo hipotecada la casa, el coche, el... Tu mejor que nadie sabe hasta donde estamos en deudas.
—Podemos buscar alternativas, yo puedo trabajar...
—De ninguna manera, no vas a dejar la universidad, estas a meses de concluir. -lo interrumpió. —No vas hacer eso.
—Pero papá...No hay forma que yo acepte...
—Te estoy pidiendo uno, un único favor, ayúdame, créeme que si tuviéramos otra opción jamas te pediría esto, ademas tu ya la conoces, es bonita, conoces a su familia, sabes que ella tiene sentimientos por ti. Hoy el doctor me notifico la fecha de la cirugía, el señor Uzumaki ya pago una parte, de no haberlo hecho quien sabe hasta cuando me daría la fecha.
—No debiste permitirlo yo... Papá, sabes que amo a alguien más, n-no le puedo hacer eso.
Ella no te conviene
Guardo ese comentario para si, ya habían discutido en diversas ocasiones sobre aquella chica que en palabras suyas le había dicho que era inferior a ellos. Era racista, no quería que su sangre "Europea" se mesclara con la de una latina, miro a su hijo quien estaba frustrado, enojado, decepcionado, pasaba las manos por el cabello en repetidas ocasiones, tenia la esperanza que con el tiempo se enamorara de la señorita Uzumaki, al parecer eso aun no ocurría, decidió hacer una ultima jugada.
—Hijo, acepta, por favor, permanece a su lado por un año, solo un año, después te divorcias y reaces tu...vida al lado de esa muchacha.
—Esa muchacha tiene nombre papá.
—Lo se, lo se. Tómalo como mi ultima voluntad, quizás no salga bien de la cirugía. Hazlo hijo, por favor. Por mi.
Se quedo en silencio meditando por varios minutos con la cabeza agachada, después de un largo tiempo levanto la frente, con tristeza asintió, su padre quien al mirarlo sonrió por sus adentros.
**¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨*¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨**
—Aquí tiene- dijo mientras entregaba una bolsa de patatas a una señora. —Que tenga un buen día.

ESTÁS LEYENDO
Mi vehemencia -PAUSADA
Teen FictionLos personajes de Naruto no me pertenecen, son del gran Masashi Kishimoto. Las imágenes no son mías créditos a sus respectivos creadores.