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Mordió su lapicero una vez más, lo hizo solo para comprobar su hipótesis, miro como el profesor rápidamente desviaba la mirada sonrojado, sonrió por sus adentros al descubrirlo.

Al parecer Tenten no se equivocó cuando le dijo que podía pasar la materia sin estudiar, sacudió la cabeza para sacar ese pensamiento de su mente.

Ella no necesitaba ese tipo de artimañas.

Eres muy inteligente, sé que llegaras muy lejos hija. Eres capaz de lograr lo que te propongas, recuerda, siempre con esfuerzo y dedicación.

El profesor era joven y muy guapo, era una fantasía para cualquier joven estudiante, saber que el la miraba la hacía sentirse bien, saberse deseada llenaba a su persona. Como antes, ella solo seducía a los chicos para tenerlos a su merced y cuando lo lograba los botaba ignorándolos.

Saber que ninguno de ellos la obtendría era satisfactorio.

—Bueno chicos, espero sus trabajos con ansias, sorpréndanme. Ah, señorita Namikaze, ¿Tiene un segundo?

Al salir Tenten le hizo señas a Hinata, esta solo sonrió, tomando su bolsa y dirigiéndose al escritorio del profesor.

—Dígame profesor.

—Ah, señorita me gustaría que me comentaras sobre este trabajo, para ser un simple borrador es muy bueno. -Hinata miro la hoja que sostenía el profesor, era un poema sobre un amor de fantasía, un amor imposible.

—Pues no, la verdad ni me acordaba de ello, solo lo escribí cuando estaba viendo una película de romance, ya sabe de esas cursis.

—¿Películas cursis? A mí me gustan las películas cursis señorita. –su voz había cambiado, era evidente el tono seductor que tomo. —Soy un amante de las historias románticas, son demasiados infravaloradas en estos tiempos. Soy de los que piensa que las mujeres deben recibir flores y cartas de amor.

—Interesante. –dijo indiferente identificando lo que él intentaba hacer. —En fin, la verdad copie esos versos de diferentes escritores. Puedo decirle los nombres de los libros, inclusos las páginas de donde saque las frases. Profesor usted dijo un segundo y ya van varios minutos ¿Algo más que quiera decirme?

La última frase lo dijo mirando su muñeca donde relucía un reloj bastante caro.

El profesor parpadeo mirando la actitud de Hinata, a él le pareció muy hermosa desde el primer día que la vio en el pasillo de la escuela, había pasado muchas noches en vela pensado en su vida como profesional, no fue hasta que vio ciertas actitudes las cuales tomo como señales para finalmente acercarse.

—No creo que a la directora de la escuela le agrade saber que usted retiene estudiantes en horario de descanso, digo, ¿Si no hay más que quiera decirme?

El no dijo nada, se quedó mudo, sin saber que responder, Hinata simplemente tomo la hoja de la mano del profesor y salió del aula.

Se dirigió a su casillero, en el que saco y metió libros, reviso su itinerario marcando la clase que continuaba, cerro su casillero y acomodo su bolsa al hacerlo noto la hoja que sobresalía de ella, era el poema, el cual por su manipulación se encontraba algo arrugado.

La tomo intentando plancharla, al tenerla extendida su vista se posó en un reglo de aquel poema.

...tal vez, en otra vida si somos felices.

Había ruido en aquel pasillo pues varios jóvenes estaban en lo suyo lo cual no la contrariaba, después de leer esa frase levanto su mirada justo donde una pareja caminaba hacia ella.

Mi vehemencia -PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora