Algo que le gustaba mucho, eran los sábados por la mañana, no había nada más relajante que una taza de café junto a un buen libro. Sentada en uno de los sofás de la biblioteca Hinata se adentraba al magnifico mundo de las palabras.
En un inicio había iniciado a leer por petición de su padre quien se mostró muy interesado en que ella desarrollara ese habito.
Pronto se encontró envuelta en el buen gusto, jamás creyó que le gustara tanto leer. Rio por sus adentros, ya que ella era de las personas que se la pasaba colocando apodos a los demás.
—Buenos días –su sonrisa se volvió amplia cuando observo a su padre en el marco de la puerta.
—Buenos días- respondió de vuelta. —Creí que seguirías dormido papá.
Él comenzó a pasearse por la habitación mientras se acercaba a algunos estantes.
—Nop, sabes que me encanta el café recién salido. -Hinata soltó una risita mirándolo. —¿Qué lees?
—Ah, es una novela soviética.
—De amor ¿Verdad?
—No, bueno si tiene un poco de eso la mayor parte es de drama, también es divertida, a decir verdad tiene de todo.
—Espero que no tenga capítulos subidos de tono, los libros fueron adquiridos en su mayoría por regalos de cumpleaños, la tía de Naruto y Karin era aficionada a la lectura, en su adolescencia era una devora libros, ni que decir del abuelo.
Ella sabía que se refería al lado Uzumaki, ya que a su padre no le quedaban familiares vivos.
—Me gusta saber que por fin este lugar tiene a alguien más que lo aprecie. Por cierto hija ¿Has pensado en lo que te dije?
Hinata cerro el libro mirando la portada de este.
—La verdad si, si me gustaría asistir al club, aunque me preocupa....
—No te preocupes por ellos hija.
—Sinceramente no quiero meterte en problemas papá.
Dijo recordando las recientes dispuestas entre Minato y su esposa, su mujer había enfurecido cuando se enteró de que había inscrito a Hinata en un curso de literatura internacional. También habían discutido cuando se enteró que había dejado entrar a Hinata a la biblioteca de su familia.
En su estancia en Estados Unidos había descubierto tanto de ella, su madre tenía razón, tenía demasiadas habilidades para las áreas académicas, solo necesitaba un empujoncito para mostrarlo.
—No tienes que preocuparte por nada, tu y yo somos fuertes juntos, nada ni nadie nos separara, estoy aquí, para ti hija.
Apretó su mano junto a la suya, sintiendo unas ganas de llorar se limitó a abrazarlo.
—Gracias
—Ve a vestirte ya casi es la hora del desayuno.
Ella asintió, se puso de pie con un brinco, le dio un beso en la mejilla y se fue a su habitación, aún estaba en piyama con las pantuflas puestas.
Camino hacia los escalones topándose de frente a Kushina quien como siempre le dio una mirada desaprobatoria. Ella la saludo como siempre no le regresaron el saludo, aun así continúo su camino.
En lugar de conducirse por el lado izquierdo, que era por donde se encontraba su habitación de dirigió al lado opuesto, toco la primera puerta pero no tuvo respuesta.
—¿Seguirá dormida? –miro hacia la otra puerta más allá del pasillo por no decir el ultimo, justo donde estaba la habitación de su hermanastro.

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Mi vehemencia -PAUSADA
Fiksi RemajaLos personajes de Naruto no me pertenecen, son del gran Masashi Kishimoto. Las imágenes no son mías créditos a sus respectivos creadores.