Wamy Lapter y Aful Resid luego de experimentar lo aleatorio y doloroso que puede ser el destino hacen frente a el sentimiento de frustración al suministrar en moribundos una droga que genera la sensación de haber vivido experiencias de autorrealizac...
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Un día templado cuando Wamy una niña de nuevo años junto con sus padres regresaban a casa, escucho una conversación que le llamo la atención.
—¿Qué quieres ser cuando seas grande? —esas palabras enunciadas de un niño hacia otro.
Wamy sabía que lo único que le esperaba en la vida era monotonía, algunos la envidiaban por sus bienes materiales y ella los envidiaba por creer que ellos podrían ser dueños de sus vidas.
Al llegar a casa se dirigió a su habitación y como acostumbraba al entrar solo vio fijamente a la ventana de su habitación; una ventana que nunca se había podido abrir y simplemente siguió el trayecto hacia su cama y antes de quedarse dormida dijo:
—Eso ni sentido tiene.
Sin embargo, después de un rato sintiendo un viento frío pasar por la habitación eso hizo que se diera cuenta de que alguien había logrado abrir la ventana bloqueada, dicho diseño de ventana estaba hecho para poder abrirse solo por dentro y que la persona de adentro la pueda abrir a su disposición, pero hasta ese momento todos habían creído que esa ventana no tenía modo de abrirse lo que no sabían es que tenía un parche por fuera que al ser retirado se tenía acceso al cerrojo.
—¿Cómo que aún no han informado acerca de la ventana-parche? —exclamo un soldado desde afuera mientras que en el exterior se podía ver que alguien había dejado pegada una nota.
Con el pasar de los años Wamy aprovechaba cualquier mínimo descuido de sus padres para pasar tiempo con su amiga Coriva una chica rubia de ojos rojos de su edad y Golut un niño de cabello verde claro que nació cuatro años después de lo sucedido con el intruso que había abierto la ventana entre esos días que sus padres se descuidaron llevo a Golut a un campo.
—¿Pasa algo malo Wamy? —dijo Golut a sus seis años a Wamy quién ya tenía diecinueve. —Te ves muy decaída.
—No es nada descuida. —respondió Wamy.
—Vamos dime, soy un niño, pero solo necesito de mis ojitos para notar que estás triste. —dijo Golut.
—Las cosas en el reino cada día empeoran y es culpa de mis padres ellos nunca han visto por el bien de su gente, mi único camino es abandonar cualquier aspiración para intentar hacer algo por ustedes. —dijo Wamy. —Solo tengo una alternativa para tener el poder de tomar mis decisiones y es hacer caso de la sugerencia que dejaron en mi habitación aquella noche.
—¡Tú ya me haz dicho que no quieres ocupar ese puesto! ¡Puedes ser reina durante un tiempo y al tener el puesto en tus manos podrás pasárselo a quién quieras! ¡Eres como una madre para mí entonces si tú no quieres ser reina yo lo seré! —Dijo Golut entusiasmado. —¡Te demostraré que hay una forma responsable de gobernar y tener privilegios!
—De acuerdo ¡Entonces así será! —dijo Wamy sonriendo. —Bien, ven te mostraré algunas técnicas de escape que aprendí hace unos años. —dijo y volteo a ver discretamente hacía atrás debido a que alguien los estaba vigilando.
