Why not me?- HyunLix

#2

— ¡Felix! HyunJin ya llegó, se nos hará tarde.— gritó la madre de Felix desde la puerta.— Pasa, cielo. Felix está en el comedor.

Me dirigí hacia el comedor donde  un chico rubio con pecas estaba sentado comiendo cereal.

— ¿Listo para un nuevo año?.— pregunté dentándome en la silla vacía junto a él dejando mi mochila en el piso. El tragó para responderme.

— Nueva tortura dirás.— me respondió y me reí.

— Este año te irá mejor, Lix, te lo seguro.— le dije.

— Eso dijiste el año pasado y al anterior a ese.— me respondió de mala gana.

— Está vez será  diferente, este año cambiará mucho.— aseguró HyunJin.— Habrán muchos cambios, de eso estoy seguro.

— Ojalá.— respondió Felix.

— HyunJin, cariño.— dijo la mamá de Felix.— ¿Deseas tomar algo, un café quizás?.

— Gracias señora Lee, estoy bien así.— respondí Hwang con una sonrisa.

— Bien, HyunJin.— sonrió la más adulta.— Felix, acaba rápido con eso, llegaré tarde al trabajo y ustedes a la escuela.

— ¡Ya estoy listo!.— exclamó el menor limpiando su boca con el torso de su mano.

— Bien, será mejor que nos vayamos.— dijo la mamá de Felix.

Todos salieron de la casa de Felix subiendo al auto de la familia Lee. La señora Lee en el asiento de conductor, claro, y los otros dos en la parte trasera.

— Bien, pónganse bien los cinturones.— dijo la señora Lee arrancando el auto.

Veinte minutos después ya estaban frente la escuela de los dos chicos.

— Felix, hoy llegaré tarde.— dijo la señora Lee.— Te deje la cena en el microondas, sino quieres comer eso, puedes tomar dinero y pedir pizza, te amo Lix.— dijo su madre antes de irse en su auto.

— ¿Sabes lo que vamos hacer hoy?.— preguntó Felix con una voz traviesa volteándose hacia mi.

— ¿Noche de películas?.— le pregunté con la misma energía que el.

— ¡Si, HyunJin!. Además podemos pedir pizza.— Dijo feliz.

Ambos caminamos hacia dentro de la escuela. Félix iba con su mochila bien puesta y yo con la mochila en un solo hombro. Con mi mano libre lo abracé por los hombros de forma amistosa mientras caminábamos al casillero de Félix.

— ¿Donde estarán los chicos?.— pregunte viendo a todos lados.

— No lo sé.— dijo acercándose a su casillero aflojándose de mi agarre.— Espera.— dijo y se quedó viendo su casillero con una mano en la quijada.— ¿Recuerdas mi clave?

Me reí y me acerqué a su casillero para poner la clave.

— Felix, mira esto.— le dije.— abra cadabra, patas de cabra.— dije para terminar de poner la clave y el casillero se abrió.— Magia.— dije agitando mis manos como si hubiera hecho un espectáculo de magia y Felix aplaudió.

— Wow, señor mago.— me dijo riendo.— Ya tienes que madurar.— dijo metiendo algunas cosas al casillero sonriendo.

Vi de reojo que tenía su casillero igual de decorado igual desde hace dos años. Metí la mano en el casillero sacando una foto antigua.

En la foto él estaba haciendo orejitas de conejo con sus dedos, con una gran sonrisa en sus ojos y estos últimos bien cerrados debido a la sonrisa. Yo estaba al lado de el, en la foto me habían capturado viendo a Felix con una gran sonrisa al igual que el, con una mano en su espalda. Reí ante el recuerdo.