Mentiras, citas y sexo.

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Día 10 de noviembre. Exactamente el mismo número de días que Clyde llevaba sin dirigirle la palabra a Craig.

Al día siguiente de la discusión, Tweek se marchó al mediodía, después de despertarse. Cuando Craig habló con su compañero y este no le contestó, pensó que sería una de esas infantiles riñas que a veces le daban. Pero fueron pasando los días, y aunque seguían yendo juntos a la universidad todas las mañanas, seguía sin hablarle.

Era incómodo porque Clyde había hecho más amigos que Craig. No es que Craig no fuera popular, porque desde luego llamaba bastante la atención. Era simplemente que no se había interesado tanto en conocer gente como sí hizo su mejor amigo. Así que las clases se resumían en aulas llenas de decenas de personas desconocidas y él sentado en el fondo intentando que el día pasara lo más rápido que pudiera.

Clyde se seguía sentando a su lado porque una parte de él no quería romper tan abruptamente la rutina que tenían juntos. Afortunadamente para Craig, algunas de sus clases no las compartían porque tenían un itinerario ligeramente distinto. En los desayunos coincidían con Tweek, cosa que agradeció muchísimo.

Por otro lado, este último sí que compartía clases con Thomas. Pese no haberlo conocido hasta la fiesta, porque Tweek siempre estaba demasiado ansioso como para observar a su alrededor calmadamente. Durante esa misma semana, Craig descubrió que Tweek solía hablar cada vez más con Thomas. "Ojalá Clyde no estuviera enfadado conmigo" pensó cuando notó las ganas que tenía de contarle lo imbécil que le parecía ese tal Thomas.

El día de hoy, estaban los tres juntos por fuera de la universidad cuando Tweek les contó que Bebe había planeado una tarde de películas en su casa. Se miraron entre ellos, de reojo, y ambos accedieron. Tweek sabía que aún no se hablaban, porque Craig se lo contaba (casi) todo, así que él y Bebe pensaron que una tarde así les vendría bien para dejar de estar enfadados.

En esos días Tweek ya había dormido al menos tres veces con Craig, pero sin tener sexo. Clyde lo sabía y no le importaba ya que le gustaba mucho Tweek, porque era el único de ellos que parecía no tratarle como si fuera estúpido. Y tener otra presencia en su apartamento que no fuese Craig, ayudaba a aliviar la monotonía.

Tweek creía que, si se repetía así mismo constantemente algo, terminaría por creerlo. Así que cada vez que abrazaba a Craig, cada vez que se reían juntos o cada vez que dormía en su cama, se repetía así mismo "nunca me va a querer", y aunque fuese duro le ayudaba a sobrellevar el hecho de que el pelinegro no quería avanzar a una posible relación con él.

Craig ignoraba todo lo que implicaba ese acercamiento cada vez más grande e íntimo que tenían. Es como si viviera en una burbuja donde todo daba igual porque así no podía hacerle daño. Al menos por ahora.

Se acerca la hora y sale de su habitación.

Tweek y Token les esperan directamente allí, así que Clyde y Craig irán solos hasta la casa de Bebe. Por lo general, es un detalle sin importancia, si no fuera por lo incómodo que han sido estos últimos días.

Al llegar al salón y ver a Clyde sentado, Craig se dirige hacia él por primera vez en esta semana.

—Tenemos que irnos ya —le dice.

Clyde asiente, y antes de que pueda terminar de levantarse, Craig lo detiene.

—Espera. No podemos ir así.

Clyde arquea una ceja. Después de inhalar aire profundamente, le contesta.

—¿Así cómo?

—No te hagas el tonto conmigo —le contesta Craig en el mejor tono posible— no quiero que sigamos enfadados. No ha pasado absolutamente nada que justifique tratarnos así.

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