Infinite Love - EunHae [+18]

EPILOGO

Era veinticuatro de diciembre por la tarde, ambos corrían apresurados por el aeropuerto. Sabían que a esas horas las calles estaban abarrotadas de coches, con suerte y llegarían a tiempo para la cena. Se suponía que deberían haber vuelto en el vuelo anterior, sin embargo, este había sido cancelado. Así que todos sus planes se habían visto afectados.

– Hyuk ¿Crees que lleguemos a tiempo?

– Ni lo digas. Nuestra primera navidad como esposos, y estamos corriendo como un par de locos

– Debimos decirle a Siwon que nos recoja –suspiró con tristeza

– Vamos amor, no hagas pucheros que me pones triste a mí también. Seguro que, si llegamos, cambia esa carita ¿vale? No me gusta verte así

– Está bien, solo hay que darnos prisa por favor.

Estaban parados tratando de coger un taxi, pero al parecer aquel día nada les estaba saliendo como debería. DongHae se sentía frustrado, las ganas de llorar lo inundaban. Sin embargo, trataba de controlarse. No quería arruinar esta primera navidad como familia, suficiente había tenido el pobre de HyukJae peleando con los del aeropuerto. Siguió caminado en silencio, se dejó llevar por su esposo. No tenia muchas ganas de hablar, solo quería subir al taxi y llegar cuanto antes a casa.

¿Acaso era mucho pedir?

De pronto, frenó en seco. HyukJae volteo asustado y mirarlo, tenia los ojos muy abiertos

– ¿Qué ha pasado? ¿Te sientes mal?

Movió la cabeza de lado a lado

– No. Solo, escuché algo ¿Podemos ir a ver?

Su esposo lo miró fijamente

– ¿Estás seguro? –preguntó no muy convencido– Mira qué es tarde, y en un rato será peor

– Solo será un momento, por favor Hyukkie

– Está bien –suspiró– Como decirle que no a esa carita

– Por eso te amo –lo besó con dulzura y fue su turno de llevarlo tomado de la mano, caminaron buscando algo, pero no sabía exactamente qué.

Después de unos minutos se detuvo frustrado.

– ¿Estás bien? –su esposo acarició sus mejillas

– Si –mintió– Bueno no. Es que no lo sé.

– Pues no lo entiendo ¿sabes? Y te juro que quiero hacerlo, así que si me explicaras

– Señor –la voz de un niño los interrumpió. Ambos se giraron a ver al pequeño, un niño de aproximadamente siete años, que los miraba con unos preciosos ojos negros– ¿Nos ayuda con un poco de dinero para nuestra navidad?

– ¿Dónde están tus padres pequeño? –no pudo evitar preguntar, si puso de cuclillas delante del niño

– No tengo –se encogió de hombros. Aquella respuesta hizo doler su corazón.

– ¿Y donde vives? –preguntó su esposo con preocupación

– En el orfanato. Estamos cantando villancicos y juntando dinero para cenar algo rico

– ¿Y ahora estás solo?

– No. Estamos con. –el niño volteo a ver a sus amigos, pero no los encontró– ¡Si estaban ahí hace un instante!

– Tranquilo, te ayudaremos a buscarlos ¿vale?

El pequeño asintió.

Lo tomaron de la mano y caminaron buscando a los demás niños, después de casi quince minutos los encontraron por fin. Todos eran tan pequeños, tan indefensos. El corazón de DongHae dolió.