Capítulo 19.

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Pasaron 4 días, supimos que el papá de Gerard padecía de apendicitis, mañana en la mañana lo dan de alta, así que el día de hoy me quedaré a dormir en el hospital para apoyar a Gerard.

Lo volteé a ver, se notaba nervioso, jugaba con sus manos y miraba a su mamá, como si tuviera algo qe decirle, comenzó a hablar.

-Mamá... tengo que decirte algo.

-¿Qué es?

-Frank... bueno, tú dile Frank -dijo Gerard cubriéndose los ojos, supe a dónde iba.

-¿Lo que les ibas a decir antes de lo de tu padre? -confirmé.

-Sí.

-¿Qué ocurre? -preguntó la señora Way.

-Nada, verá... hay algo que su hijo quiere que usted sepa, es parte de él y espero que lo tome de la mejor forma. Bueno, resulta que él y yo somos...

-Pareja -completó Gerard.

La mamá de Gerard nos miró a los dos, sorprendida, Mikey, que iba llegando también se nos quedó viendo, quitándose sus inseparables gafas de sol.

-¿Gerard tiene sentimientos? -dijo Mikey con un tono algo retador, mirándonos y de rodillas.

-Sí los tengo -dijo Gerard firme.

-Ah... -respondió Mikey parándose.

La señora Way miró a Gerard, sin prestarle mucha atención a su hijo menor, se notaba un poco en shock, por un momento tuve miedo de no poder volver a ver a Gerard jamás. Había sido un buen chico, en realidad no hice nada malo, al contrario, creo que he ayudado bastante a Gerard, ella misma lo dijo una vez; por lo que no veo motivo para merecer ser alejado de él. Después de aquel silencio por fin las palabras en boca de la señora Way se hacían presentes.

-Si es lo que te hace feliz, nunca dejaremos de apoyarte hijo.

De hecho Frank, pareces ser un buen chico, has demostrado que lo eres -hizo una pausa- por mi, te apruebo Frank.

Gerard se mostró feliz ante el comentario de su madre, yo lo estaba aún más. Supongo que es un pendiente menos, tanto para mi como para Gerard, sobre todo para él.

Ah sí, en cuanto a Mikey.

Debo decir que no es de mi agrado, lo considero un patán, la verdad, quizá no me he dado el tiempo de conocerlo bien, pero no me agrada su forma de ser conmigo, y menos con su familia.

Ha estado rondando por el hospital, se va de noche y trata de regresar para dormir aquí, por lo que cuenta Pete, no tiene casa como tal. A veces duerme en la calle, otras en su trabajo o en su casa, la de Pete claro. De hecho sus pertenecias (que no son muchas) las tiene en casa de Pete para que no se las roben.

A pesar de la vida que lleva, no planea regresar a su casa. A veces siento pena por ese chico, pero creo que no son mis asuntos, no por ahora.

He pensado en preguntarle por qué escapó, pero tengo el presentimiento de que contestará de forma brusca un "eso no te incumbe, enano", así que prefiero ahorrarme pleitos, realmente se ha endurecido desde que escapó y no tendrá problema en golpearme.

Dejando atrás a Mikey, le envié un mensaje de texto a mi mamá contándole de mis planes para este día. Luego de avisar, como ya era noche, envolví a Gerard en mis brazos para dormir junto a él en el piso.

Al despertar sentí mi mano babeada.

-Ay Gerard -exclamé en voz baja, pero fue suficiente para despertarlo.

-Mmm ¿Qué pasó? -dijo entre sueños.

-Nada, es sólo que babeaste mi mano mientras dormías -reí.

-Ah.

Sin darle importancia, trató de dormir un poco más, cosa que fue inútil. Mikey, por otro lado, estaba profundamente dormido.

Supongo que después de esto, las cosas volverán a la normalidad, y con volver a normalidad me refiero a que Mikey se irá de nuevo para no volver a ver a su familia, quizá escape con Pete a Canadá, nadie lo sabe.

Y efectivamente, al todos despertar, llegó Pete y media hora después no quedaba rastro de ellos dos en el hospital.

Por nuestra parte, después de la hospitalización del señor Way, los acompañé de regreso a su casa y estuve visitándolos por las siguientes dos semanas para ver si no se les ofrecía nada.

A decir verdad, todo esto lo hafgo porque yo haría lo que sea por ver a Gerard feliz, y por otro lado, es de mi agrado ayudar a los demás, me siento bien conmigo mismo; como quien dice, mi paga es su felicidad.

Después de ese mes que pasé con los Way llegué agotado a mi casa a descanzar.

Un Mundo Autista: La Cortina (Fan fic Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora