Me gustaba tanto que dolía, me tenia en sus manos y allí yo dormía.
Me gustaba tanto que no lo quería, solo su mirada yo la veía.
Me gustaba tanto pero no lo quería conmigo, porque de seguro habría sido más largo el camino.
Y es que era un gusto de esos que lastiman, porque quieres tenerlo aunque no sea apropiado.
Y aunque no salga rima, debía saberlo... Me gustaba tanto que enloquecía.
