Estas ahí hace horas, mirando hacia el espejo esa imagen que aborreces porque no eres igual a las demás. Pasas tus yemas alrededor de tu rostro y lo quisieras cambiar.
Sales a caminar y nadie te mira a ti, porque no eres hermosa o al menos eso es lo que piensas tu. Observas a otras chicas y las ves perfectas mientras te sigues odiando internamente por no ser como ellas.
Encuentras a quién te llama la atención y sientes que su mirada se burla de ti, no eres capaz de saludar porque tu voz empieza a cortarse y la respiración no fluye.
Tu cabeza solo te repite una y mil veces "No eres como ellas, tu no vales" y empiezas a llorar volviendo a tu habitación; de nuevo te miras al espejo y escupes tu reflejo, golpeas la pared y te dejas caer.
¿Por qué no soy como ellas?
¿Por qué soy gorda?
¿Por qué ningún chico se fija en mi?
Quedas dormida en el suelo y tus lágrimas invaden el lugar, quisieras dejar de respirar porque sabes que si lo haces, nadie notará tu falta.
Abres los ojos y ya no estas en el lugar donde quedaste dormida, te encuentras desnuda y no te explicas qué es ese nuevo lugar, miras al rededor y todo esta lleno de espejos los que muestran tu cuerpo desnudo sin ningún pudor, te observas pero no sientes pena ni dolor esta vez.
¿Esta soy yo? -Te preguntas observando un reflejo que jamás habías visto.
Estabas hermosa, hermosa como un cielo claro, como un día soleado y una noche estrellada... Pero despiertas y miras a tu alrededor y sigues en aquel baño, te pones de pie y empiezas a despojarte de tus vestiduras.
Te vuelves a observar y esta vez sonríes, porque te ves tan hermosa como en aquél sueño donde hubieras querido quedarte, te das cuenta que no existe nada más valioso que tú.
