Jennie Ruby Jane Kim aparentemente lo tiene todo. Ella es hermosa, tiene un novio guapo y es la chica más popular en su escuela secundaria. Pero también es fría e intrigante, y hace todo lo que quiere. Todos en su escuela están tratando de no tomar...
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El ritmo de la ensordecedora música tecno/house hipnotizaba a la gente ya embriagada. El alcohol corría a raudales y los camareros se apresuraban a servir el flujo incesante de clientes. La gente se mezclaba, bailaba y se besaba. El típico ambiente de sábado por la noche.
Dos chicas bailaban en medio de la pista, con sus cuerpos pegados el uno al otro, moviéndose al ritmo de la música como si fueran uno solo. Ambas hermosas a su manera, las chicas atraían la atención del ojo siempre presa de la población masculina. A lo largo de la noche, bastantes aventureros masculinos intentaron acercarse a ellas. Sin embargo, todos y cada uno de ellos fueron rechazados. Las chicas sólo tenían ojos para la otra.
La morena, de mirada aguda, encerraba a la otra chica en un abrazo posesivo, ahuyentando a cualquier varón codicioso con la despiadada mirada de sus ojos, apretando el agarre de la otra chica cada vez que alguien se acercaba a ellas. La otra chica sonreía un poco cada vez, enterrando la cabeza en el hueco del cuello de la morena para ocultar su sonrisa de satisfacción.
Acariciando las mejillas de la rubia, la morena llevó su mirada a la suya, mirándola intensamente a los ojos, buscando siempre algo en ellos. La rubia sonrió, rozando sus labios sobre los de la morena, acariciándolos, prometiéndole que sólo le pertenecía a ella.
La morena sonrió en respuesta, tirando de la rubia aún más cerca de su cintura, creando más fricción entre sus cuerpos mientras bailaban.
"Te deseo Roseanne", dijo la morena en su oído, pasando su lengua por el lóbulo de la oreja rápidamente en el proceso.
La rubia jadeó de excitación y luego sonrió, con un brillo juguetón en sus ojos de chocolate, mientras acercaba su propia boca a la oreja de la morena.
"¿Aquí?"
"Donde sea"
La rubia volvió a sonreír ante el afán de su novia.
"Pero llegamos hace como una hora, ¿no quieres bailar un poco más?"
"Sí quiero", respondió la morena creando una pequeña pausa antes de decir roncamente "Pero prefiero que vayamos a nuestra habitación y bailemos... desnudas"
La sonrisa de Rosé se quedó congelada en su rostro mientras se debatía internamente. La morena sonrió con picardía, dando a entender que tenía una idea, muy probablemente no muy casta. Acariciando el trasero de la rubia, coló su pierna entre Rosé y comenzó a molerla sutilmente. La rubia suspiró, rascando sus uñas sobre la espalda expuesta de la morena.
"Ruby Jane..."
Sin decir una palabra más, Jennie detuvo sus ministraciones y entrelazó sus dedos con los de Rosé, tirando de ella hacia la salida.
Era mediados de julio y el aire de la noche era húmedo y cálido, haciendo que sus vestidos se pegaran aún más a sus cuerpos. Cogieron un taxi y se besaron en el asiento trasero mientras el taxi giraba por las animadas calles de Barcelona.
