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¿Escapar?

Los rayos del sol que entraban por la gran ventana, estos estaban directamente hacia la cama en donde me encontraba los cuales comenzaban a causarme molestia.
Abri mis ojos lentamente con cierto enojo debido a la luz, mi vista estaba de cierta manera nublada, comencé a ver hacia los alrededores con mucha atención, odiaba cada rincón de la habitación, el aroma, las ventanas, la cama, el armario.

Decidi sentarme lentamente en la gran cama frotando uno de mis ojos lentamente mientras observaba los alrededores, mi vista seguía aun lo suficientemente nublada, lo suficiente como para pasar desapercibida a ese hombre que se encontraba a mi lado.

-Al fin despertaste, Kaia.

Era de las pocas veces en las que Haruchiyo estaba a mi lado cuando yo despertaba, aun que lo mas importante en estos momentos no es el hecho de que este presente o no.

Hace muchos años que no escuchaba ese nombre.

-Tenias un lindo nombre, Kaia, Kaia, Kaia.

-Ya para

El hombre a mi lado se mostraba molesto y con una fría distancia.

-¿Por que cambiaron tu nombre?

Era evidente que en algún momento el terminaría descubriendo ese pasado que tanto me avergüenza y atormenta hasta el día de hoy.

-No, no me hagas esto

Mi cabeza bajó en un intento de ocultar mi rostro totalmente rojo, lleno de vergüenza y desprecio hacia mi misma, ¿por qué el tenia que revivir mi pasado?

Ese pasado que yo había enterrado y ocultado toda mi vida.

-Si no vas hablar, yo hare que lo hagas.

Respondió con total frialdad.

Se levanto de la cama y camino hacia la puerta con calma, pareciera que estuviera molesto, el sonido de sus pasos alejados y aquel rechinó de la puerta abriéndose hacían que mi cabeza diera vueltas y las ganas de vomitar aumentaran.

[...]

Pasaron unos minutus, permanecí sentada en la cama con mi mirada fija en una de las esquinas de la cama, mi mente estaba completamente en blanco, no podia pensar en nada mas que en Haruchiyo.

De pronto el rechinar de la puerta abriéndose hizo que volviera a mis cábales.

Un hombre alto estaba abriendo la puerta, era un hombre atractivo, ojos verdes con el cabello rojizo.

Mi cabeza empezaba a doler, un escalofrío recorrió mi cuerpo por completo, no quiero morir en esta habitación y mi instinto de supervivencia automáticamente comenzó a presionar aquella pulsera que vibraba, necesitaba ayuda urgente.

Me estaria haciendo un gran favor asesinándome pero, aún en toda esta situación sigo teniendo ganas de vivir.

-Tranquila.

Puso su dedo indice en su boca para despues alzar sus brazos demostrando que no iba armado.

-Tu eres la tercera, te ayudare a salir pero necesito que mantengas un perfil bajo y te recuperes con rapidez para que no seas una carga para los demas, come tus tres comidas al día y mantente alerta.

-¿Por qué?

Aquellos ojos verdes transmitían paz y confianza, lo que mas necesitaba.

-Hice una promesa hace unos años a una buena amiga, confía en mi, te sacare de este infierno.

Sin mas que decir cerro la puerta tras de el mientras cada vez me sentía mas abrumada, ¿puedo confiar en el?

De pronto la puerta se abrió por completo causando un ruido muy fuerte el cual me hizo dar un salto en mi sitio.

Corazón CegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora