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~Arrepentimiento~

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~Arrepentimiento~


Me encontraba recostada sobre aquel frio piso muy cerca del cuerpo de Klaus. Me faltaba el aire, todo a mi alrededor daba vueltas. Mis cinco sentidos revoloteaban por todos lados. Como si un balde de agua fría hubiera caído sobre mi, todo el enojo y adrenalina se esfumaron.

-¿Por que?

Pregunto aquel pelirosa colocándose en cuclillas viéndome directamente a los ojos.

Lo golpee y lo disfrute mucho pero, su rostro no muestra odio como tal, muestra ¿Paranoia?

No, sus pupilas dilatadas, sus ojos se mueven con rapidez. Esa mirada la tenia mi hermano todo el tiempo, ¿Esta drogado?

Sin que pudiera pensarlo del todo, sentí un dolor inmenso en mi cuello, el pelirosa se encontraba presionando la herida que su catana causo ayer en la calentura del momento.

-Lo siento

Era lo único que podría decir debido al dolor y falta de aire, solo podía suplicar por mi vida.

-¿Lo sientes, de verdad lo sientes?

Estaba exaltándose aun mas, mostraba enojo y confusión, muy diferente al Sanzu de la cafetería. Quiero irme a casa, me arrepiento de haberme subido a aquel auto.

Se enderezo y se subió encima de mi dejando mis piernas atrapadas entre las suyas.

-¿Te crees muy lista? 

Sus ojos no paraban de revolotear, estoy segura de que esta drogado. De pronto un dolor inmenso invadió mi mejilla, me había dado un fuerte puñetazo, otro tras otro. Sentía mi nariz sangrar, ya no sentía mis pómulos, me estaba dando la paliza de mi vida. 

Con un movimiento rápido rasguñe su rostro con la poca fuerza que me quedaba, esto lo hizo molestarse mas y encesto un golpe certero en medio de mi rostro ya destrozado. 

Mis ojos deseaban cerrarse, mi vista estaba borrosa y con cada golpee que me daba hacia que mis fuerzas se disminuyeran. El hombre de la cicatriz se dio cuenta de que estaba perdiendo fuerzas e intento actuar.

-No te metas, Kakucho -Dijo con una voz cansada-

Como no estarlo, me estaba golpeando con toda la fuerza que tenia. Mi piel es extremadamente sensible, la herida del cuello hecha por su catana la noche anterior sigue igual que ayer o incluso peor.

-Sanzu, la estas matando.

Fue lo ultimo que logre escuchar antes de que mi vista se volviera completamente negra, sentí como el peso que posaba sobre mi se esfumaba.

Corazón CegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora