Me hago amiga de una serpiente parte 2

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—No puedo creer que fui tan tonta —se lamentaba Lizzie.

—Oh vamos, no tenías forma de saberlo —intentó alentarla Draco.

—No, de hecho si lo pude haber sabido. Hécate habló de que podíamos sentir algo de dolor y yo... —suspiró —y yo pensé que se refería al dolor emocional —. Admitió apenada.

—Ok, entonces, si en el libro cuenta como Granger casi me rompe la naríz ¿Yo lo sentiré?

Ron sonrió recordando ese día.

—No, solamente Elizabeth y yo sentiremos las cosas que nos sucedan en el libro, a la larga es nuestra historia —aclaró Harry.

—Bueno, no está tan mal, no sentí la bofetada con mucha fuerza, es decir, que no sentiremos el dolor en máxima potencia, solo será una parte de él.

—Se los dijimos, Lizzie siendo positiva. Aunque en parte tiene razón, además de que solo lo sienten, tu mejilla no está roja y no te duele, si te cortas, tu piel no cambiará, solo que bueno, si va a doler —agregó Lucas.

—Exacto, si nos enfermanos en el libro, no creo que nos enfermemos aquí ¿O si?

—No, no Harry, Hécate solo mencionó algo de dolor.

—Pero aún así ¿Quieren seguir?

—Tom tiene razón. Ustedes no tuvieron una vida facil —Ginny Weasley recordó cada vez que Harry y su cuñada estuvieron a punto de morir; la camara de los secretos, la batalla en el ministerio, la tercera prueba del torneo de los 3 (5) magos o en la batalla de Hogwarts cuando...

—Esta bien,estamos bien, ya estamos aquí no nos echaremos para atrás.

—Estoy de acuerdo con mi hermano.

Muchos de los familiares o amigos de los hermanos no estaban de acuerdo, pero a la larga la desición era de ellos y había que continuar.

Media hora más tarde, Harry, que no podía creer en su suerte, estaba sentado en la parte de atrás del coche de los Dursley, junto con Piers y Dudley y su hermana, camino del zoológico por primera vez en su vida. A sus tíos no se les había ocurrido una idea mejor, pero antes de salir tío Vernon se llevó aparte a Elizabeth.

—Te lo advierto —dijo, acercando su rostro grande y rojo al de Elizabeth.

En ese momento todos podían ver la escena que era relatada por el libro.

—. Te estoy avisando ahora, chica: cualquier cosa rara, lo que sea, tu y tu hermano se
quedarán en la alacena hasta la Navidad.

—No voy a hacer nada —dijo Elizabeth—. De verdad...N-ni Harry...

A todos en el gran comedor se les rompió el corazón al ver la cara de terror de Elizabeth, se veía tan pequeña e indifensa.

Pero tío Vernon no le creía. Nadie lo hacía.

El problema era que, a menudo, ocurrían cosas extrañas cerca de los mellizos y no conseguían nada con decir a los Dursley que ellos no los causaba.

—Oh vamos, Petunia sabía que era magia accidental, ustedes no podían controlarlo —Lily se sentía cada vez más rabia a su hermana.

En una ocasión, tía Petunia, cansada de que Harry volviera de la peluquería como si no hubiera ido, cogió unas tijeras de la cocina y le cortó el pelo casi al rape, exceptuando el flequillo, que le dejó «para ocultar la horrible cicatriz». Dudley se rió como un tonto, burlándose de Harry, que pasó la noche sin dormir imaginando lo que pasaría en el colegio al día siguiente, donde ya se reían de su ropa holgada y sus gafas remendadas. Sin embargo, a la mañana siguiente, descubrió al levantarse que su pelo estaba exactamente igual que antes de que su tía lo cortara. Como castigo, lo encerraron en la alacena durante una semana, aunque intentó decirles que no podía explicar cómo le había crecido tan deprisa el pelo. Otra vez, tía Petunia había tratado de meter a Elizabeth dentro de un repugnantejersey viejo de Dudley (marrón, con manchas anaranjadas). Cuanto másintentaba pasárselo por la cabeza, más pequeña se volvía la prenda, hastaque finalmente le habría sentado como un guante a una muñeca, pero no a Elizabeth. Tía Petunia creyó que debía de haberse encogido al lavarlo y, para su gran alivio, Elizabeth no fue castigada.

𝐖𝐀𝐓𝐂𝐇 ➳ Viaje Al PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora