Capítulo 4. No estás sola

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Unos minutos después de lo sucedido, la limusina estaba enfrente de la casa de Kid esperando a que la joven Donquixote saliese

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Unos minutos después de lo sucedido, la limusina estaba enfrente de la casa de Kid esperando a que la joven Donquixote saliese. Eran las diez y cuarto. Estaba tardando demasiado. Lucci se estaba desesperando, por ende, usó el GPS de su móvil para comprobar que ___ estuviese dentro.

Malas noticias. No está. Esto alertó demasiado a los guardaespaldas. King arrancó el motor guiándose ante las indicaciones de Lucci. Marco e Izou estaban un poco nerviosos ante la situación. A saber qué ha pasado. El motivo de su retiro de la casa. Solo les vino una cosa en la mente: volvieron a hacerle bullying. Katakuri también miraba su móvil viendo que el objetivo estaba cerca. Solo esperaba que la chica no hiciera ninguna estupidez.

—Joder, espero que esté bien —comentó Cracker.

—Tengo la sensación de que algo sucedió —dijo Izou.

—King, acelera un poco, por favor —suplicó Marco.

—No hace falta que me lo digas dos veces. ¿Dónde está?

—El GPS indica que está en el puente —anunció Lucci.

—¡King!

—¡No hace falta que me grites, Charlotte! —gruñó el Lunaria.

La criatura alada aceleró un poco más al escuchar aquello. La suerte que tenían era que no había tantos coches circulando. ¿Qué habrá pasado para que ___ se haya marchado antes y sin avisar? Probablemente nada bueno, debido a los acontecimientos que tuvo durante toda esta semana.

Ya se estaban acercando a su objetivo. Dos minutos más y llegarán hasta ella. Cuando King giró a la derecha que daba acceso al puente, sus ojos se clavaron en ___ que estaba subida a punto de acelerar. Dio un acelerón tan fuerte que cualquier vecino lo hubiera escuchado. Las luces iluminaban a la pobre chica y todos salieron con prisa del coche.

—¡Señorita Donquixote! —exclamó Marco.

___ se tensó en su sitio al escuchar su voz. Todos estaban quietos porque no estaban seguros de la situación. Sollozos oían por parte de la joven. Definitivamente, algo pasó en la fiesta porque sus ropas estaban destrozadas y como si hubieran echado algún líquido. Agua, probablemente. Marco dio un paso al frente.

—¡No os acerquéis! —gritó—. ¡Pienso tirarme!

—No digas tonterías, señorita. —El pelirrubio hablaba con total suavidad—. No es buena idea la decisión que está tomando.

—Señorita Donquixote, bájese, por favor —le suplicó Izou—. Volvamos a casa.

—¡No lo entendéis! ¡Ninguno lo entiende! —seguía gritando y dejando que más lágrimas se derramasen—. ¡Mi papá siempre me dice que soy el orgullo de la familia! ¡¿Cómo voy a hacerlo si todos me miran con asco?! ¡No soy como él! ¡No heredé la belleza de mi madre! ¡Todos me hacen bullying por ser un monstruo! ¡Por ser una gorda! ¡Todos me advirtieron que no fuese a la fiesta y yo no hice caso porque estaba cegada por un chico que ha sido cruel conmigo durante la fiesta! ¡Todos esos chicos tienen razón! ¡Debería suicidarme! ¡Desaparecer del mapa! ¡Le haré ese favor al mundo!

Guardaespaldas (One Piece X Chubby!Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora