IV

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Iban a ser las 9:45pm. y el centro comercial ya estaba cerrado. Después de cerrar la heladería rápidamente salimos al exterior, nos pusimos nuestros chubasqueros, y subimos a la azotea para buscar la entrada al restaurante chino o a la zapatería.

— Atento a El Panda Imperial y Zapatería Kaufman — nos decía Robin mientras miraba con los prismáticos hacía ambas entradas

— Esperan al que silba, a las diez — comentó Dustin viendo a un hombro con un chubasquero amarillo con el logo de Lynx y que llevaba unas cajas de cartón del Panda Imperial

— ¿Qué habrá dentro? — preguntamos Steve y yo al unísono mirando las cajas. Nos miramos y sonreímos

— Vale — murmuró volviendo a posar su mirada en los prismáticos, Dustin —Pistolas, bombas... —

— Armas químicas —

— Sea lo que sea, están armados hasta los dientes — añadió el pequeño

— Estupendo — comentó Steve pasándose la mano por la cara — Es estupendo —

— Steve — le llamé — Te vas a congelar — le dije quitándome el chubasquero

— ¿Qué haces, Mac? Póntelo, te vas a poner mala —

— Igual que tú —

— Da igual —

— Turnémonoslo — le propuse

— Mac —

— Venga, por favor. Me sentiré mal si no —

— Prefiero que te sientas mal a que no te pongas mala —

— Steve, por favor — le insistí intentando ponérselo

— Mac —

— Steve —

— Mac — se revolvió dándose un codazo contra un metal que había a su lado

Sonó alto el golpe y enseguida nos agachamos sin esperar a ver si no habían visto. Me giré hacía steve para volver a ofrecerle el chaleco pero me callé cuando vi su mano entrelazará a la de Robin. Sentí un escalofrío por todo el cuerpo que me hizo incorporarme un poco.

— Tenemos que irnos — dije más seca de lo que supuse que diría

Empecé a gatear por el suelo mojado sin importarme si me seguían o no. Abrí con cuidado de no hacer ruido la puerta y comencé a bajar sigilosa hasta llegar a los pasillos traseros de las tiendas

— Hemos encontrado a los rusos — dijo Robin una vez estuvimos dentro —

— Esa tarjeta abre la puerta, pero el ruso que la guarda también tiene un fusil enorme. No quieren que encuentren lo que hay en las cajas de ese cuarto — nos iba contando Dustin

— Hay que entrar como sea — dijo Robin

— Bueno... Podría cargármelo — susurró Steve

— ¿A quién? — preguntó la rubia

— Al vigilante ruso — se me escapó una carcajada — ¿Qué? Lo sorprendo, lo dejo inconsciente y cojo la tarjeta. Fácil —

— ¿No me has oído? ¿El fusil? — le preguntó el castaño

— Sí, dustin, te he oído. De ahí que quiera sorprenderlo —

— Dime una cosa, y sé sincero — comenzó Dustin — ¿Alguna vez has ganado una pelea? —

— Vale, por una vez... —

— Dos. Jonathan el año anterior — le corrigió

— Esa no cuenta —

The Freak                                        [STEVE HARRINGTON/EDDIE MUNSON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora