VI

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Habíamos estado andando por casi diez minutos y aún no veíamos el final. Teníamos la boca seca por la falta de agua, teníamos hambre, estábamos agotados y, como era de esperar, Erica me había escaqueado su mochila.

— Hay que reconocer que es una proeza de la ingeniería impresionante — decía Dustin

— ¿Qué dices? ¿Y en caso de incendio? — le cuestionó Steve — No hay escaleras ni nada, solo un ascensor hasta el infierno —

— Son comunistas. Si la gente no cobra, salen chapuzas — le dijo Erica

— Los camaradas rusos no diseñaron este túnel para caminar — se unió Robin a la conversación — Tienen el sistema perfecto para transportar esa carga — añadió

— Todo llega en paquetes normales — dije

— Los cargan en los camiones y nadie se entera —

— ¿Construirían el centro comercial solo para transportar ese veneno? — preguntó Steve

— Dudo mucho que sea un simple veneno. Será algo más valioso, como el prometio — opinó el castaño

— ¿Qué narices es eso? —

— Lo que usó el padre de Victor Stone para crear a Cyborg — le explicó la rubia entre Dustin y yo

— Tanto pardillo junto me pone mala — se quejó Erica imitando arcadas

— No me metas en el mismo saco. No soy un pardillo — replicó Steve

— ¿Qué pasa, Harrigton? ¿Quieres quedar bien delante de la niña? — me burlé

— No, es que no sé una mierda de Prometeo —

— Prometio. Prometeo es un mito griego, pero tanto da — le contradijo Dustin — El caso es que lo usarán para fabricar algo —

— O alimentar algo — añadí

— Como un arma nuclear —

— Exacto —

— Vamos directos a un arma nuclear. Qué maravilla — ironizó Steve

— Si están construyendo algo, ¿por qué aquí? — preguntó Robin — Ven y eligen Hawkins, con la de sitios que hay. Aquí la gente solo para a mear de camino a Disneyland. Pero quizá sea eso, a lo mejor lo han hecho aquí porque al ser un sitio irrelevante podría disimular mucho mejor, ¿no? — iba a decir algo más cuando se detuvo y se dio la vuelta — ¿queréis compartirlo con el resto de la clase? — les preguntó a los chicos que se habían quedado atrás hablando

— El walkie — dijeron estos al unísono y salieron corriendo a coger la mochila de Erica a mi espalda

Saqué el walkie por el que se estaba oyendo a un ruso hablar y nos quedamos en el suelo para escuchar con atención.

— Un viaje a China suena bien, si caminas con cuidado — fui traduciendo lo que decía — Es un código —

— Lo están transmitiendo... —

— Aquí cerca — le acabé la frase a Dustin — Y sabemos que esa señal... —

— Llega a la superficie — me la finalizó ahora él

— En marcha — sonreí y enseguida nos volvimos a encaminar hacía el final del pasillo

Por fin llegamos al final del puto pasillo, nos escondimos por detrás de unos contenedores y esperamos a que Steve viera el momento de salir de detrás de ellos.

— Despejado — dijo éste último — Venga, vamos — nos apuró y enseguida pasó Robin, después Dustin y Erica y yo detrás de ésta

— Qué cerca ha estado — dijo Robin refiriéndose al hombre que había pasado un minuto antes con un montacargas

— Cerquísima — asintió Dustin

— Calmaos — les dijo Steve mientras miraba a ambos lado al andar — Tranquilos, nadie ha visto... — se quedó en silencio cuando se asomó lo suficiente como para ver todo lo que aquellos rusos habían montado — Mierda — murmuró cuando uno de los hombres que vigilaban dirigía su mirada hacía nuestro lado — Joder —

Nos escondimos detrás de unas cajas asustados. Entonces, vi lo cerca que estaban Robin y Steve. Literalmente que un poco más y se rozaban, además de que Robin tenía un mano apoyada sobre la rodilla de éste. Inconscientemente me tensé y aparté la mirada hacía los niños delante mía.

— ¿El qué? — le pregunté a Erica cuando me di cuenta de que estaban hablando de algo importante

— La sala de comunicaciones —

— ¿En serio? — preguntó Steve

— Correcto —

— ¿Seguro? — volvió a preguntar ahora Dustin

— Sí, la puerta estaba abierta, y vi luces, máquinas y movidas de esas —

— Podría ser cualquier cosa — negó el castaño detrás de ella

— A mí me vale — miró Robin a Steve de nuevo y volví a tensarme sin quererlo

Nos asomamos, miramos hacía donde había dicho Erica que estaba la sala de comunicaciones y volvimos a nuestras posiciones.

— Está bien — asintió Steve — Avanzaremos rápido y agachados. ¿Vale? —

— Vale — asintieron las chicas y Dustin y en seguida nos fuimos escondiendo detrás de las cajas hasta que vimos como un hombre de unos cincuenta años y con una bata blanca de laboratorio salía de la sala. Nos movimos rápidamente hacía ella y entramos cuidadosos después de que Steve la aguantará con una mano

Nos dimos la vuelta y nos quedamos estáticos cuando vimos a otro hombre con uniforme verde caqui con una insignia del ejército, pero sin pinta de ruso y menos ruso malo.

Vi como dirigía una mano a su pistola y rápidamente di un paso al frente y empecé a hablar como había estado escuchando en la grabación.

— Con cuidado — le dije — Con cuidado — repetí seria

— ¿Quién eres? — me preguntó el hombre

— Gato plateado — me señalé y después a los chicos detrás mía

— No lo entiendo — decía el hombre con una nota asustada

— ¿China? — le pregunté sin saber como llevar la situación

Entonces volvimos a ver como volvía a llevar su mano a la pistola y rápidamente Steve soltó un grito y se lanzó a por el hombre provocando una pelea entre ellos. El hombre solo le daba puñetazos a nuestro amigo y le lanzaba contra las mesas. Al final, Steve aprovechó que tenía al lado un teléfono, lo cogió y se lo estampó al hombre en la cara de un golpe seco haciendo que éste cayera al suelo inconsciente.

— ¡Tío! ¡Lo has logrado! — exclamó Dustin eufórico al ver que había ganado una pelea — ¡Has ganado una pelea! —

El mayor miró al hombre en el suelo y sonrío orgulloso, después, Dustin se acercó a éste y rebuscó algo en su bolsillo.

— ¿Qué haces? — le preguntó Erica

— Sacarnos de aquí —

— ¿Quieres volver a caminar? —

— Podemos quedarnos un rato, merendar y tal —

— ¿Merendar? Hemos venido por la radio —

— Este plan es mejor... —

Dejé de escuchar lo que decían los dos más pequeños al ver como Robin se acercaba a Steve y empezaba a preguntarle si estaba bien. Rodé los ojos y vi una escalera que conducía a unas luces azules. Comencé a subirlas con cuidado y me asomé al cristal de la puerta. Eso era increíble.

— Chicos — volví a bajar para llamarlos —Ahí arriba hay algo —

Subimos arriba y nos asomamos a una ventana que daba directamente a una sala con varios hombres manejando unos botones y enfrente varias personas más con traje como espacial alrededor de una maquina circular que emitía un rayo brillante a la pared roja y -supuestamente- viscosa de enfrente, provocando lo que parecía una grieta en ella.

The Freak                                        [STEVE HARRINGTON/EDDIE MUNSON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora