4. Miel

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La confianza de la que tanto Min Yoongi presumía, la que siempre le ayudaba a ganarse a las personas, había desaparecido cuando Park Jimin, alias Bombóm Park, le dijo que podía acercarse a él para identificar su esencia.

Él se acercó hasta la silla del vicepresidente y éste se giró en su dirección, dándole total acceso a su persona. Claramente, Min Yoongi no podía desperdiciar aquella oportunidad, aunque se estuviese cagando de nervios.

De seguro su olor era tan potente que, si el señor Park era un alfa, le diría que era asqueroso.

Estando frente al hombre, inclinó su cabeza para verlo desde arriba, aunque eran de la misma estatura, ahora estaba parado y él sentado. Bombóm Park tenía una mueca divertida, con una sonrisa socarrona de lado y una de sus cejas perfectas alzada.

Demonios, era demasiado guapo.

No lo pensó mucho y, cuando menos supo, ya estaba inclinado oliendo su hombro derecho. Su primer instinto fue alejarse, doblar su espalda y dar una reverencia, pedirle perdón a él, al presidente de Hana Cosmetics, a Dios y a la Luna e implorar por su vida. Pero ya era demasiado tarde, su vida acabaría, estaba seguro.

Así que... sólo lo aprovechó.

Inhaló el aroma. Era apenas una estela que rodeaba a Park Jimin, pero allí, en su hombro —no atreviéndose a oler su cuello—, el olor se distinguía con claridad.

Al principio pensó que era el de fresa, pero al concentrarse mejor supo que ese era el aroma de otro omega, no de él. Entonces, más al fondo, cubierto totalmente por los demás olores de su oficina, estaba un aroma dulce tan tenue que ni siquiera lo registraba su olfato.

Algo bueno de ser un alfa dominante, era eso: su buen sentido del olfato. Parecía que estaba en su forma de lobo, porque siempre distinguía los olores, fuese lo que fuere que oliese.

—Miel —declaró—. Huele a miel.

Entonces el vicepresidente estornudó en su oído.

Yoongi se asustó, cubrió su oído y se alejó para ver al señor Park desde arriba, de nuevo. Éste cubría su nariz y cerraba los ojos con fuerza.

Su maldito olor. De seguro se cubría la nariz porque lo sentía asqueroso.

—Lo siento, lo siento —se alejó de la silla del vicepresidente, dio una reverencia de noventa grados y se quedó así.

—Basta —soltó Jimin—, deje de aumentar su olor, es... —volvió a estornudar.

La razón por la que Yoongi no quería que Bombóm Park fuese un alfa, era por esa. Los escenarios en su cabeza sobre estar juntos no se cumplirían debido a que su olor a café llegaría a resultarle...

—Asqueroso —completó—. Lo sé. Perdón, estoy nervioso y por eso no puedo controlar mis feromonas.

Jimin trató de frotar su nariz con dos de sus dedos, para después mirar confundido a Yoongi cuando éste se enderezó.

—No lo considero asqueroso, simplemente hace que me pique la nariz —aclaró—. Pero ha de ser porque está nervioso. Supongo que es por sus emociones que se intensifica, porque antes era normal.

Aquello llamó la atención de Min Yoongi. Era la segunda persona que le decía que su olor picaba la nariz, no que era delicioso, no que era asqueroso, sino que provocaba estornudos.

—¿Y eso es malo? —quiso saber.

—No lo sé, es su aroma, señor Min.

Yoongi parecía consternado. En definitiva, ni el vicepresidente ni su secretario eran lobos comunes.

Sin destino [YoonMin] ~Omegaverse~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora