7. Algo más que sólo palabras

1.9K 329 132
                                    

Durante el trayecto, el aroma a café lo tranquilizó a tal grado que se quedó dormido. Se sentía en una nube. El auto iba en marcha tranquila y la radio hacía eco por todo el lugar; la preocupación y la tristeza que había sentido por su mejor amigo había bajado, gracias al aroma que actuaba como tranquilizante.

Su consciencia volvió en sí cuando sintió algo que tocaba sus labios, el aroma a café se había intensificado hasta hacerse penetrante, pero sin lograr picarle la nariz. Abrió los ojos con parsimonia, debido a que seguía sintiéndose relajado. ¿Cuándo fue la última vez que había dormido así?

Lo primero que vio, fue unos ojos negros que miraban en dirección a sus propios labios con pupilas dilatadas. No perdió de vista el titileo de las pestañas que chocaban con la piel blanca como la leche al parpadear, hasta que conectaron con los suyos de color avellana.

—¿Qué hace? —le preguntó al alfa que tenía su rostro tan, tan cerca del suyo, que podía detallar sus poros. Sintió en su mentón la calidez de su respiración y sus labios chocaron más con los dedos que tenía sobre ellos al moverlos para inquirir.

La mirada de ese alfa era tan profunda, que le provocó sequedad en los labios. Los lamió ligeramente cuando el alfa alejó sus dedos un poco.

—¿Puedo? —inquirió Yoongi.

Sabía a lo que se refería y, la verdad, él también lo quería. Se lo permitió, porque estaba cansado de no ceder ante la petición de todo su cuerpo sobre poder tenerlo.

Min Yoongi llevó los mismos dedos con los que había tentado sus labios hasta su barbilla, la sostuvo delicadamente por debajo y con el pulgar acarició la punta de su mentón. La huella dactilar de dicho dedo subió hasta el labio inferior, para separarlo levemente del superior antes de arrastrar su dígito por toda la extensión hasta la comisura.

La respiración de ambos iba aumentando la velocidad hasta rebasar el volumen de la radio. Los dos pares de ojos que habían estado mirando la boca del contrario, conectaron cuando se unieron en un beso.

Primero fue un rose, luego un apretón que los unió más, provocando que sus narices chocaran. Yoongi abrió sus labios, esperando que Jimin le siguiese el paso al moverlos con lentitud.

Park Jimin jamás había besado a alguien, no porque nunca hubiese recibido una propuesta, sino porque nunca sintió el deseo de querer hacerlo. Pero con Min Yoongi era distinto. Y no sabía si era por su aroma a café, o porque había sido la primer persona en verlo. Verlo de verdad.

Le costaba seguir el ritmo cuando Yoongi dejó de besarlo de manera delicada, casi casta, para besarlo de manera necesitada. Lo entendía, él también necesitaba besarlo hasta saciar la punzada en su vientre bajo y así callar el grito en su interior.

«Más», rogó su lobo.

Nunca hablaba, con esa habían sido apenas dos veces. Cuando se hallaba en la soledad de su casa intentaba llamarlo, pero nunca respondía. Sólo salía cuando estaba frente a ese alfa con aroma a su café favorito.

¿Qué era lo que tenía Min Yoongi que no sólo lo cautivaba a él, sino también a su lobo?

Sintió cómo Yoongi extendía su palma abierta por el costado de su rostro, hasta arrastrarla por debajo de su nuca y sostenerlo allí fuertemente, pero sin hacerle daño. Acercando su boca a la suya aun más para meter la lengua a su cavidad húmeda y juguetear dentro. Eran toques tímidos pero a la vez demandantes y, aunque su propia lengua era algo inexperta, no tardó en corresponderlo.

El olor a café estaba comenzando a picarle la nariz débilmente, pero aun así, sus manos las llevó hasta el pecho del alfa y sujetó en puños el abrigo negro que llevaba puesto, atrayendo su cuerpo para pegarlo al suyo.

Sin destino [YoonMin] ~Omegaverse~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora