Sin destino [YoonMin] ~Omegaverse~

Extra NJ: Primavera

Lo conoció un día de primavera. ¿A caso importa la estación? Mucho, porque entonces, ¿cómo explicaría el momento exacto en el que un árbol de flor de cerezo se lo presentó?

Caminaba por las calles que rodeaban la universidad a la que una vez fue, había asistido para dar una conferencia sobre administración de empresas ya que era uno de los presidentes más jóvenes del país. Treinta y dos años y había hecho crecer Hana Cosmetics desde que su madre alfa falleció, por supuesto tenía mucho apoyo, todo su equipo de trabajo y, el más importante, su hermano menor, Park Jimin. Estaba seguro de que Jimin llegaría a ser incluso mejor que él, no le molestaba. Aquel chiquillo era precioso en su corazón y no le importaba dejarle todo, incluso. Pero estaban hablando de la empresa de su madre, la que construyó cuando apenas era una tienda de químicos; le puso Hana, dando referencia al número uno en el Hangul; ella siempre decía que era porque quería que fuesen los número uno del país, pero sabía que en realidad lo había hecho porque su madre omega tenía el mismo nombre: Han-neul.

Una vez que terminó dicha conferencia, en donde presumía sus logros como empresa, se decidió en caminar hasta buscar su auto. Le ofrecieron una comida, pero la rechazó, quería tener tiempo para oler la primavera. ¿Olía a algo? Por supuesto, eran aromas dulces, las flores colindantes al árbol de cerezo combinaban su esencia, era simplemente bello. La acera estaba solitaria, apenas había gente hasta la esquina próxima, así que se permitió cerrar los ojos y disfrutar. De pronto, un olor, más dulce que los demás, se hizo presente, opacando al resto.

Fresa.

De inmediato abrió los ojos, buscando con sus fosas nasales ensanchadas a la persona dueña de dicho aroma. Entonces lo vio.

Iba caminando en su dirección, mirándolo igual. El tiempo se detuvo. Quizás fue figurativo, pero quizá no porque, ¿cómo iba a explicar que lo único que se movían eran las ramas de los árboles y el cabello negro del hombre frente a él mientras el resto se había detenido, hasta su corazón?

Hojas de flor de cerezo comenzaron a caer en la acera, entonces comparó el color rosado de dichos puntitos en el aire y de aquellos labios voluminosos en el rostro de quien lo miraba; encontrando que el rosa de las hojas en realidad no era tan bonito como el de los dichosos labios. Éstos estaban abiertos, como si el hombre que caminaba expectante hacia él no pudiera creer la escena que compartían. Lo comprendía porque tampoco lo creía.

—Tú...

—Usted... —dijeron al mismo tiempo mientras era señalado por el hombre al quedar frente a él.

Ambos comenzaron a reírse ligeramente, mientras el hombre cubría su boca con la misma mano que lo había señalado, evitando que pudiera seguir viendo aquellos labios con un rosa más bonito que las hojas del árbol de flor de cerezo.

El hombre era un omega alto, un poco menos que él, su cabello era negro y estaba un poco largo, haciendo que cayera detrás de su nuca; sus hombros eran anchos, provocando que la camisa blanca que llevaba puesta le quedara justa. Diosa Luna, tuvo que pasar saliva para quitar la mirada de su cuerpo, no animándose a detallar más allá de su pecho.

Al parecer, el hombre se percató, porque entonces cuadró más los hombros y estiró una de sus manos.

—Mi nombre es SeokJin. —Se presentó—. Kim SeokJin.

Volvió a mirarlo, esta vez a la cara. Sus ojos eran cafés, pero el brillo de la primavera los hacía despampanar más que las flores a su alrededor, combinados con esa nariz perfilada y quijada marcada. Sus labios... joder, no podía dejar de mirarlo.

—Yo soy Kim NamJoon —correspondió el saludo, estrechando su mano. Era una mano fuerte, pero más pequeña que la suya; era tersa, suave, y no pudo evitar acariciar de más.