La Hermana Sano

8

El par de días pasó rápidamente, fui por Emma, Hina ya estaría ahí, apenas llegué, miré que Mikey estaba ahí, lo miré un momento para centrarme en otras cosas, pero de verdad empezaba demorarse.

— Ne, Mikey, ¿puedes llamar a Emma? Empieza hacer frío.

— Oh, si... - lo vi dar unos pasos para luego poner sus manos en su boca - ¡Emma! ¡Yumei ya llegó!

— ¿He? – era ruidoso, suspiré por ello, era un caso perdido, me miró de nuevo, abrió la boca, pero no dijo nada, y yo tampoco, empezaba a ser incómodo, hasta que la puerta se abrió – oh, tomate tu tiempo.

— Nos vemos Ken-chan, adiós hermano – la miré correr hacía mi mientras se ponía la chaqueta y se subía – hola, Yumei.

— Emma – miré a los dos chicos que sólo miraban sorprendidos, asique reí y cuando me sujetó aceleré.

Reí por ello, de verdad sus caras eran graciosas, ¿quién lo pensaría? Dos integrantes de diferentes pandillas que están en tregua viviendo en la misma casa, además de que ambos líderes son hermanos, era gracioso en algún sentido.

Cuando llegamos la mayoría estaba ahí, incluida Hina, la salude levemente para centrarme en las personas que estaban aquí.

— Bien, hoy vengo a informarles de un par de sucesos, la primera, la Toman se ha hecho muy grande, nos duplican en número, pero no sé qué tan buena sea su fuerza.

— Cómo Moebius y Valhalla se unieron, su número creció alrededor de 400 integrantes de un solo golpe – miré a Ikori por la información, las noticias eran rápidas.

— Aun así, por el acuerdo que tenemos no nos afecta, pero, hay uno de sus miembros que está metiendo sus narices en nuestra pandilla, su nombre es Kisaki Tetta, es un rubio moreno de lentes, no sé dejen engañar por sus palabras manipuladoras, esa es su especialidad.

— Bien, ahora, hay un par de roces con otras pandillas, si las derrotamos, Kurochō tendrá más de 300 miembros, tal vez ese número nos ayude a conquistar Harajuko, incluso Ueno – sólo me limité a escuchar, sabía a quienes mandaría.

— En ese caso, pido a los chicos de cada sección ir a esos lugares, es su decisión si van juntos o separados en días alternos, en cuánto esté listo, iremos hacerle frente, eso es todo – las vi partir, la mayoría, mientras encendíamos una fogata – Hina, ¿te quedarás?

— No, debo volver, nos vemos hasta la próxima – la despedí, al menos no se iba sola.

— Yumei – miré a Emma, mostrándome su celular, varias llamadas de Draken y Mikey, y una entrante.

— Será divertido – reí un poco tomando su celular para contestar – Emma no está disponible.

— ¡Devuelve a Emma!

— Emma está ocupada.

— ¡Yumei! ¡tráela! O juro que romperé el tratado que tenemos.

— Hazlo, y tu preciada Toman será acabada, además que Emma se enojará contigo.

— Eres...

— Si, si, la iré a dejar cuando quiera irse, déjala que se divierta.

— ¿Dónde está? Iré por ella.

— Esta en tus ojos, y si no la vez es porque de verdad eres un ciego, la iré a dejar pronto, relájate.

— ¡Yumei!