19

888 98 1
                                    

2

Habíamos hablado con Mitsuya, se llevó una sorpresa nuestra invitación, y pedido, pero aceptó hacerlo.

Hubo muchas cosas que hacer, y aunque ambos trabajábamos, no podíamos tenerlo todo, aunque bueno, conociendo a Izana, se desaparecía mucho, abría mi tienda de lunes a viernes, en horarios de 8 de la mañana a 7 de la noche, si, era un trabajo cansado, pero la ganancia lo valía.

Aunque Izana estaba llegando más tarde, y los fines de semana se desaparece, llegando con uno que otro golpe.

Hablé con Mikey de esto, dijo que lo imitaba, que no me preocupara mucho, pero eso era algo que me hacía preocupar más.

Lo entendí después de que me dio dinero, era mucho...

— ¿Hice algo mal? ¿por qué lloras?

— No debiste hacer tanto, nos conformábamos con una pequeña ceremonia.

— Pero mi hermana se merece lo mejor, no podía dejar que se haga de manera simple.

— Te quiero Iza-nisan.

Ahora me sentía mal, Izana estuvo trabajando muy duro, también me enteré que pagó algunas cosas que no había notado, incluso Seishu estaba impresionado, y sólo podía agradecerle.

No eran mucho invitados, mis amigas, sus amigos, nuestra familia..., algo de sólo nosotros.

Cuando todo finalizó, habíamos decidido que vendría vivir con nosotros, vivía en un departamento, asique era un gasto menos.

Aceptó de inmediato venirse con nosotros, claro que luego supe que fue porque Izana habló con él.

En fin...

Seishu había sido muy bueno conmigo, era muy alegre, dejaba atrás su pasado, había tantas cosas que habían cambiado, pero no para mal, todo eso influyo en que estemos mejor.

Izana se había ido con Emma ese día, bueno, tal vez los próximos dos meses, hasta que volvió, encontrándose con una situación melosa, Seishu y yo bailábamos un poco en la sala.

— Mucha azúcar.

— Hermano, ven – tomé su mano uniéndolo, para Seishu era gracioso verlo en ese estado – tu cabello ha crecido.

— ¿No te gusta?

— Me recuerda a cuando tenías quince.

— Oh, si..., he pensado en hacerme algo más distinto.

Claro que pronto en el sexto mes de Emma, empecé a sentirme mal, empezaron con leves dolores, estábamos todos juntos, al menos no estaba sola, Emma estaba preocupada, pero trataba de que no se note mucho, hasta que el dolor se intensificó, haciéndome caer en la oscuridad.

No sabía que pasaba, pero, me encontraba con Seishu a mi lado.

— ¿Seishu? ¿qué sucedió?

— Yumei, me diste un buen susto – pronto entró el médico.

— Has despertado, es algo difícil decirles esto.

— ¿Qué sucede?

— Bueno, quiero felicitarlos, la señora Inui está embarazada, tiene un mes de ello, pero, quiero decirles algo más, su situación es riesgosa, no debe hacer mucho esfuerzo, y deberá hacer reposo desde el quinto mes, aun así, es mejor que esté en cama un par de semanas para asegurarnos de que esté bien, le recetaré unas vitaminas y las recomendaciones que deben seguir – sólo podía seguir recordando lo que decía.

La Hermana SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora