Celo alfa

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- ¿Saldrás en algún momento?

- En cuatro días.

- ¿No te parece un poco exagerado? Tu celo apenas dura tres días.

- ¿No me enseñaste tú que en mis celos debía tener especial cuidado con mi espacio y las personas que me rodean?

Obi-Wan suspiró nuevamente. Estaba sentado con la espalda recargada en la habitación de Anakin, consciente de que el alfa estaba en la misma posición dentro del cuarto.

- Anakin, pasar un celo con supresores es diferente a pasarlo de manera natural.

- Ya lo sé, no soy tonto – casi podía sentir cómo el alfa rodeaba los ojos y contuvo el impulso de hacer lo mismo.

- Ya sé que no eres tonto, solo estoy intentando hacerte ver que no hay peligro en que-

- No quiero herirte – interrumpió el más joven.

Obi-Wan frunció el ceño. Aun sentado, se giró, quedando de frente a la puerta.

- Tú jamás me has herido – dijo el omega, intentando llegar al vínculo que compartía con el alfa, pero no teniendo éxito.

Hubo un momento de silencio; la mente de Obi-Wan intentando entender a qué se refería el menor.

- La última vez que pasé un celo sin medicación te hice daño, casi creé un vínculo sin tu consentimiento – dijo Anakin con la garganta apretada.

El omega interior de Kenobi sintió el innegable deseo de acompañar al alfa en ese momento de vulnerabilidad. Ahora entendiendo a qué se refería.

- Ani, tenías catorce años, tu primer celo nos pilló a todos desprevenidos por haberse adelantado casi un año – recordó el omega – estabas obviamente asustado, yo sé que no entendías nada de lo que ocurría, reconociste mi aroma entre la multitud, era normal que te acercaras a mí.

- Te mordí, Obi, tuviste, tuve...tuvimos tanta suerte de que mis colmillos no salieron en ese momento – Obi-Wan escuchó un golpe seco justo a la altura de su rostro. Podía jurar que Anakin había dejado caer su cabeza contra la puerta sin mucha gracia.

- No fue tu culpa, no me hiciste daño – dijo con voz suave – lo juro.

Anakin se quejó de algo, Obi-Wan supuso que era el calor que comenzaba a circular por su cuerpo.

- Sabes que no he tenido un celo natural después de eso, no sé controlarme, mi yo racional jamás te dañaría, quiero creer que mi lado alfa tampoco, pero no lo conozco como debería – se sinceró el menor – realmente me gustaría pasar esto contigo, pero no puedo arriesgarme.

- Ani – se lamentó el omega, pero entendiendo el punto.

- Somos compañeros, tus feromonas reaccionarán a las mías, es tan fácil que todo se vaya a la mierda si te dejo entrar.

La mente de Obi-Wan comenzó a trabajar como un torbellino a partir de ese último comentario. Su rostro se calentó un momento y se mordió el costado de las uñas de una de sus manos.

- ¿Qué – carraspeó algo nervioso – qué dirías si te aseguro que hay una forma de estar juntos...de manera segura?

El silenció cruzó el espacio entre ellos, aún con la puerta de por medio.

- ¿Obi?

Obi-Wan se mordió el labio y desvió la mirada, consciente de que su alfa no podía verlo.

- Tengo un collar de protección y supresor de feromonas, además de ese supresor parcial que dijiste que querías probar.

- Ese supresor me dejaría tener los efectos del celo, pero me haría mantener la cordura – murmuró el alfa y luego soltó una carcajada – creí que estabas en contra de esa cosa, dijiste que era como un artefacto a medias.

Amor en tiempos de Omegaverse | OBIKIN - ANAOBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora